Tener un perro cojo, bien porque tenga alguna enfermedad o por que le falte una extremidad, no significa que haya que pensar en sacrificar al animal. A los perros les sucede lo mismo que a las personas, pueden quedarse cojos o nacer con un problema de este tipo pero no significa que el animal no pueda seguir viviendo. A veces, nos abrumamos demasiado pensando en emociones negativas como la compasión y la miseria.
Nuestros amigos peludos pueden sufrir algún tipo de deficiencia relacionada con la movilidad, por lo tanto, debemos buscarles soluciones que les proporcionen una mejor calidad de vida. Por si no lo sabías, existen sillas de ruedas especiales para nuestras mascotas que, además de asegurarles una gran comodidad, les permiten moverse por un montón de sitios. Recuerda que cada perro tiene unas necesidades particulares y diferentes tipos de deficiencia.
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