Las señales del parto de nuestra perra


Después de aproximadamente dos meses de embarazo, los más probable es que durante la semana anterior al parto, se produzca en nuestra perra un cambio en su comportamiento. No debemos extrañarnos va recogiendo objetos para preparar su nido por ejemplo. Podrá buscar o bien un lugar tranquilo para parir, o la compañía de su amo. Por otro lado es frecuente que el apetito del animal disminuya.

El desarrollo de sus mamas es un signo inconstante, sobre todo si la perra es primeriza, ya que en estas la producción de leche puede comenzar bien el mismo día del parto o en los días posteriores al nacimiento de los cachorros. Respecto a la vulva, tres días antes del parto esta se hinchará y relajará como consecuencia del efecto de la impregnación estrogénica. Esto último en algunos casos provoca un falso celo en la perra.

Por otro lado, la temperatura rectal de la perra disminuirá levemente en las horas anteriores al parto. Podemos utilizar esto como un indicador de la inminencia del parto, pero para ello debemos tomarle la temperatura por la mañana y por la noche, en los cuatro días anteriores a la que se supone es la fecha del parto. Este factor nos indicaría pues que el feto ya está maduro.

Finalmente, hemos de saber que cuando la perra elimine de forma natural el tapón mucoso que se encontraba en el cuello del útero, entonces si que nos encontraremos ante el inminente parto. En menos de 36 horas el animal empezará a tener las primeras contracciones. El nacimiento de los cachorros podrá ocurrir o bien naturalmente o bien a través de cesárea, sin ningún tipo de riesgo para los recién nacidos. Ahora bien, hay que señalar que una inducción médica de un parto en la especie canina es algo peligroso.

¿De qué color ven los gatos?


Es posible que alguna vez te hayas preguntado si los gatos ven en color o en blanco y negro. Hay muchas historias al respecto, como por ejemplo que al ser animales sólo pueden ver en blanco y negro. Pero a continuación vamos a resolverte esa duda.

La visión de estos animales es bastante buena. Tanto es así que tienen algo que les distingue del hombre y de muchos otros animales, y es que estos pequeños felinos son capaces de ver en la oscuridad. Su visión es una de las más agudas de todo el reino animal. Pero a parte de esto, ¿ven o no ven los gatos a colores?

Pues en realidad si que pueden percibir los colores. Sin embargo, la cantidad de colores que pueden ver es más limitada que la del hombre y variará según la cantidad de luz que haya en el lugar donde se encuentre el gato. Se entiende pues con esto que por las noches, aunque sean capaces de distinguir mucho mejor otros los contornos o medir las distancias, los gatos únicamente verán en blanco y negro.

Desde un punto de vista más científico, en un principio se creyó que estos animales tenían únicamente una visión monocroma, ya que no lograban enseñarles a que distinguiesen unos colores de otros. Posteriormente ya se les descubrieron conos sensibles al color verde y al azul. Así, los gatos entenados durante un tiempo suficiente son capaces de distinguir ciertos colores, como el rojo y el azul, el rojo y el blanco o el azul y el blanco. Otros como el amarillo, el verde o el blanco para ellos son muy parecidos, y el rojo por ejemplo lo perciben como un gris oscuro.

Los gatos ayudan a las personas mayores


Cada vez es más habitual que las personas mayores vivan solas. La desestructuración de la familia, la despoblación de las zonas rurales y de ciudades pequeñas son algunas de las causas de que esto suceda. Es entonces donde entrarían en juego los gatos. Estos animales llevan a cabo una espléndida función social. Son animales de pequeño tamaño, de fácil cuidado, caseros y con un bajo coste de mantenimiento. Qué mejor mascota que esta para una persona de edad avanzada.

Una de las ventajas más importantes de este tipo de mascota sobre el resto es la grata compañía que le va a proporcionar a una persona mayor que viva sola. Los gatos se van a convertir en un estímulo de responsabilidad para estas personas que deberán cuidar cada día a su nueva mascota. Además de esto, les aportarán tranquilidad y serenidad a sus vidas, y si por desgracia estas personas mayores tienen alguna enfermedad crónica, el animal les ayudará indirectamente a olvidar en parte sus dolencias.

De tal forma que tener un gato como mascota hará al anciano sentirse útil y le permitirá establecer una relación de cariño, a la vez que recibe del animal un gran apoyo. Con todo los gatos suponen para nuestros mayores un aumento en las ganas de vivir y en sus pensamientos positivos. Les ayudará a superar la soledad, la lejanía de los familiares o el fallecimiento de algún ser querido.

Hoy en día está permitido en muchas residencias de ancianos, ya sean públicas o privadas, que los mayores puedan llevar al centro con ellos su animal de compañía. En el caso de que no lo tuvieran también se pueden solicitar a través de ciertas fundaciones.

Los perros también nos ayudan


En muchas facetas de la vida del hombre los perros son un gran apoyo. Nos hemos acostumbrado a verlos como simples mascotas. Forman parte de nuestra vida y de nuestra familia. Los vemos paseando por las ciudades con sus amos, guardando fincas en el campo, ayudando con el ganado o acompañando y ayudando a las personas invidentes.

Pero no debemos de olvidarnos que los perros significan mucho más para nosotros. Gracias a sus aptitudes, son unos animales que cumplen otras muchas funciones de igual o mayor importancia incluso en nuestra sociedad. Son capaces de salvar vidas de seres humanos, pero ahí no queda la cosa. Pueden evitar también catástrofes si estos colaboran con alguno de los distintos cuerpos de seguridad: bomberos, policía, etc.

Puede haber desde perros policía, de rescate de montaña o en el agua, de avalanchas, hasta rastreadores en desastres naturales, entrenados en la búsqueda de estupefacientes, e incluso perros que ayudan a personas en terapias especiales, tales como terapias para individuos autistas, paralíticos cerebrales, enfermos terminales, personas con enfermedades mentales, en trastornos del comportamiento, en personas deprimidas o en víctimas de la violencia. En algunos países se han desarrollado ya también programas de animales de soporte para personas inválidas, epilépticas, sordas o invidentes.

Después de muchos estudios realizados en relación con estas terapias con animales, tanto psicólogos como psiquiatras y estudiosos del comportamiento humano , han coincidido en que la relación que se establece entre estos animales y los hombres tienen efectos muy beneficiosos y positivos para ambos. Se han dado casos en los que incluso ha sido imprescindible la presencia de estos animales para obtener algún resultado positivo en las terapias.

La convivencia de nuestras mascotas


Aunque en un principio pueda resultar algo muy difícil de conseguir, en verdad hay muchas posibilidades de lograr que nuestras mascotas de diferentes especies vivan todas ellas en una misma casa. Gatos, pájaros, perros, peces, etc. Todos ellos podrán convivir sin ningún problema siempre y cuando nosotros les ayudemos a ello. De hecho se podrán establecer relaciones tan estrechas entre algunos de ellos que les podremos ver jugar juntos sin mayor peligro.

Lo primero que será determinante en la futura convivencia será la relación materno-filial que se desarrolle entre ellos cuando lleguen al nuevo hogar. Si por ejemplo tenemos en casa una perra y traemos un gato con apenas unas semanas de vida, es muy probable que el recién nacido se acerque a las glándulas mamarias de nuestra perra para intentar mamar. La perro puede llegar a lavarle como si se tratara de su propio cachorro e incluso lo cuidará y educará como si fuera suyo. Lógicamente la educación que nosotros les demos con la llegada del nuevo animal influirá también mucho.

Hay un factor que es también determinante en estas relaciones: la edad. Si tu gato es ya adulto, es muy posible que no lleve muy bien la llegada de un nuevo cachorro. Se pueden asustar del nuevo inquilino e intentar darles un zarpazo para que no se les acerquen. Habrá que tener paciencia en todo esto, pues la relación de amistad no siempre surgirá desde el primer momento.

Además si tenemos un perro o un gato, no debemos asustarnos si estos no aceptan del todo a la nueva especie. Es normal que esto ocurra al principio, puesto que ellos temen perder su lugar en la casa y en relación a nosotros. En este caso deberemos ayudar a la integración de la nueva mascota sin dejar de prestar atención al resto.

Gatos y bebés


Si en casa tienes un gato y pronto tendrás un bebé, has de saber que tu mascota querrá conocer al más pequeño de la casa. Es muy probable que se suba a las cunas, que huelas sus ropas y que investigue por el cuarto del bebé para descubrir sus juegos. Tu bebé dormirá custodiado casi siempre por tu gato. Aún así es conveniente que durante los primeros meses de vida, mantengas al gato fuera de la habitación en la que duerma el bebé por motivos de higiene.

Cuando el niño ya sea un poco más mayor, entonces ya no habrá ningún problema. Los más pequeños se sentirán cada vez más atraídos por estos animales. Intentarán jugar con él y descubrir sus movimientos. Más de una vez se les escapará un manotazo, un estirón de la cola o un enganchón. Aunque el gato los tolere y soporte, esto deberás corregirlo lo antes posible.

Cuando el niño sobrepase el año, el gato despertará entonces un gran interés por el, al darse cuenta de que se mueve con mayor rapidez. Si el niño juega con su rabo o le agarra de las patas, el animal no tendrá más remedio que huir. Tendremos que tener cuidado de uno y de otro. Es importante que inculquemos al niño desde pequeño el respeto por el animal. Pero también tenemos que educar a nuestro gato para enseñarle cuándo no le hace falta defenderse con sus uñas.

Debemos enseñarle también al gato a que participe en la higiene, cuidados y alimentación del niño. Deberá respetar también las horas de sueño de estos, y aprender a no molestarles si no quieren jugar con ellos.

Los roedores como animal de compañía


Es ya muy frecuente tener algún tipo de roedor como mascota en nuestras casas. Quizás una de las razones sea que no requieren de excesivos cuidados para su mantenimiento. Además son buenas mascotas para los más pequeños de la casa. Cuando los niños desean tener una mascota a la que poder cuidar, en muchas ocasiones lo primero que consiguen es un pez o una tortuga. Pero regalarle a los niños un pequeño roedor tampoco es una mala idea.

Como el resto de mamíferos, los roedores tienen la característica de tener la sangre caliente, por lo que nos ofrecerán un contacto más cálido o íntimo del que nos pueda ofrecer un pez. Además poseen otra serie de características que a los niños les encantan, y es que los puedes coger con la mano y son suaves.

Son varias las ventajas que este tipo de animales presentan frente a otros más grandes como pueden ser los perros y los gatos. Para empezar tienen una dieta muy sencilla y barata. Sus alojamientos son pequeños y requieren de poco trabajo para su mantenimiento y limpieza. Es también fácil prevenir sus accidentes y suelen tener una salud fuerte, ya que en general sufren pocas enfermedades.

Además de todo esto no influyen en la vida familiar, puesto que su presencia a penas se nota. Si vas de viaje unos días podrás dejarse sin atender (dejándoles siempre agua y comida lógicamente), e incluso te lo podrás llevar contigo. Si no les quieres dejar solos también tienes la opción de dejarlos al cuidado de alguien de confianza que controle que tal está y que limpie su jaula si fuera necesario.

Cómo se expresan los perros


Los perros no utilizan únicamente las orejas o la cola para comunicarse. Utilizan también otras partes de su cuerpo que al combinarlas con vocalizaciones, los animales utilizan para poder expresarse. Es importante que sepamos comprender las emociones de nuestra mascota, por eso a continuación de ofrecemos una lista de cómo pueden reflejar cada uno de los siguientes sentimientos:

Agresión: su cola puede estar levantada, sus orejas hacia delante o paradas (podrán estar hacia atrás si el animal siente miedo al mismo tiempo), enseñará los dientes y mantendrá fija la mirada sobre aquel por el que se siente agredido. El cuerpo estará parado y echado hacia adelante, y su pelaje erizado. Emitirá gruñidos y ladridos constantes y fuertes.

Miedo: sus orejas estarán echadas hacia atrás y su cola hacia abajo entre sus patas traseras. Su hocico permanecerá cerrado, la cabeza agachada y los ojos entreabiertos e incluso cerrados. El animal estará encorvado o agachado, y emitirá normalmente gemidos.

Juego: las orejas en este caso estarán relajadas o echadas hacia delante. Moverá mucho su cola que estará levantada. La boca está relajada y los ojos muy abiertos. Saltará constantemente y su posición en ocasiones será con su parte delantera en el suelo y la parte trasera levantada (es lo que se conoce como posición esfinge). El perro podrá gemir, jadear, ladrar o emitir chillidos.

Sumisión: mantendrá las orejas hacia atrás y la cola hacia abajo. Su hocico podrá estar entreabierto. Evitará el contacto visual y podrá estar echado, en posición esfinge o girarse para dejar expuesto el abdomen. Emitirá generalmente chillidos.

Dominancia: sus orejas estarán hacia delante y erectas, y su cola completamente levantada. La cabeza haca adelante y el hocico cerrado. El animal estará parado completamente. Eso sí, con el pecho hacia fuera y el pelaje erizado. Puede gruñir y ladrar.

Cómo adiestrar a los periquitos


El adiestramiento de los periquitos siempre va a depender de dos factores fundamentales: las características del animal y nuestra habilidad para enseñarle. Sin embargo, hay otros muchos factores importantes que deberemos tener también en cuenta si queremos adiestrar a nuestro pájaro.

Por naturaleza al principio siempre van a pensar que estamos intentando hacerles daño, por lo que en principio nos tendrán miedo. Es conveniente que coloquemos su jaula en un lugar frecuentado de la casa para que se vayan habituando a nosotros y nos dejen estar con ellos para adiestrarles. Tenemos que intentar no asustarles con movimientos bruscos y hablarles o ponerles comida de forma suave y tranquila. Al principio no es recomendable meter la mano en su jaula ya que se asustará.

Para empezar a conseguir que se suba a nuestra mano podemos ofrecerles algunas golosinas que le gusten. Llegará un momento en el que el animal nos pierda el miedo. Podemos ayudarle un poco a confiar en nosotros poniendo nuestros dedos en su vientre a la vez que les ofrecemos la golosina. Lógicamente todo esto requiere paciencia y tiempo. Una vez que el animal este amansado y coma de nuestra mano, entonces ya podremos intentar enseñarles alguna habilidad.

La primera vez que les saquemos de sus jaulas lo más probable es que salgan volando, por lo que las ventanas deberán estar cerradas, y no deberá haber peligros para el animal (tales como calefacciones, aristas puntiagudas, etc.). Para hacer que salga el animal de su jaula bastará con ponerle una de sus golosinas en la puerta para que se acerque y lo mismo haríamos para volver a meterlo. No es recomendable perseguirlo para intentar cogerlo y meterlo a la jaula, pues esto les asustará y te volverán a coger miedo. Por último, una vez que el animal se haya acostumbrado a salir de su jaula le podremos enseñar a que acuda a nuestra llamada. Debemos enseñarle de nuevo su golosina a la vez que le llamamos en un tono suave. ¡Como podrás ver las sus golosinas juegan un papel muy importante!

Los ladridos de los perros


Los ladridos de nuestro perro pueden llegar a preocupar a muchas personas por diversos motivos. Pero lo primero que debemos hacer ante ellos es intentar entender la causa por la cual nuestras mascotas ladran para poder buscar la mejor solución posible.

Puede que el animal ladre ante nosotros y mirándonos a los ojos. En este caso esta conducta estaría indicándonos que el animal quiere exigirnos algo (atención, comida, juego, etc.), y al no funcionarle con el gemido o darnos con la patita, a pasado a emplear el ladrido. Este comportamiento podría significar para él que tiene algún tipo de control sobre ti y que puede llegar a exigirte. Ante casos así, no sirve de nada que les gritemos. Lo único que podemos conseguir es ponerles agresivos. Lo que hay que hacer en primer lugar es asegurarse de que todas sus necesidades están cubiertas, y si es así, entonces no debemos dejarle que nos exija sin motivo alguno. No podemos dejar que nuestra mascota se convierta en un animal dominante.

Si los ladridos del perro se producen cuando lo dejamos solos o por la noche, la cosa cambia. Ya que indicarían indicios de ansiedad por separación, o lo que es lo mismo miedo a la soledad. Lo único que intenta el animal con sus ladridos es llamar la atención y expresar su angustia y frustración por estar sólo. En estos casos lo más recomendable es poner un poco de distancia sana entre tú y tu perro, para que el entienda que habrá momentos en los que no podrá ser tan dependiente.

Por último, si el animal ladra a todos y a todo, sus ladridos serán consecuencia del nerviosismo o de algunos miedos. En estos casos habrá que intentar transmitir calma a nuestro perro. Si vemos que alguna acción, como por ejemplo coger la correa, le pone nervioso lo que tenemos que hacer es esperar a que el animal se calme para bajarle a la calle.