Cómo limpiar las orejas de un perro


Cuando nos ponemos a limpiar las orejas de nuestro perro, debemos tener presente que, además de estar cuidando su apariencia, estamos contribuyendo a su bienestar físico, ya que un correcto aseo previene posibles infecciones en el conducto auditivo. Si detectas que tu perro se rasca mucho las orejas o no escucha bien tus ordenes, será momento de hacerle una limpieza a fondo. Para saber cómo realizarlo, sigue los siguientes pasos:


Examina las orejas de tu perro tanto por el exterior como por dentro. Las orejas sanas de un perro no deben oler distinto que el resto de su cuerpo ni tener otro color.


Utiliza las gotas que te haya recomendado tu veterinario para colocarle un limpiador auditivo en la parte interna de las orejas


Masajea suavemente la base externa del pabellón auditivo para que el líquido penetre en el interior.


Con una gasa retira el limpiador auditivo y todas las secreciones que se hayan desprendido.


Evita usar algodón porque puede dejar fibras dentro del oído y producir molestias o sordera.


No utilices elementos punzantes para retirarle cera porque al moverse le puedes dañar el canal auditivo.


Es preferible que limpies sólo las zonas visibles. Deja la limpieza profunda en manos de un veterinario.


Para la parte externa de la oreja, humedece una gasa nueva con alcohol diluido en agua y frota suavemente sobre la piel.


Para tratar infecciones en las orejas diluye partes iguales de vinagre y alcohol en agua. Consulta antes con el veterinario.


Humedece la zona afectada con la preparación y permite que el perro sacuda la cabeza para eliminar el exceso de líquido.

Que hacer si a nuestro perro le da un golpe de calor


Con la llegada del verano y del calor, nuestros perros pueden sufrir más problemas de salud debido precisamente al aumento de las temperaturas en esta época del año. Uno de estos problemas de salud es precisamente los golpes de calor. Estos se suelen producir por ejemplo cuando habiendo temperaturas elevadas nuestras mascotas hacen ejercicio, o cuando les dejamos en lugares poco ventilados y calurosos.

Si ocurre algo de estas dos cosas, la temperatura corporal de nuestros perros aumentará más de lo que el sea capaz de controlar a través del jadeo. Es entonces cuando el animal comenzará a tener ciertas dificultades a la hora de respirar. Se encontrará aturdido, respirará muy rápido y separará las patas delanteras para facilitar que les entre más aire en los pulmones. Incluso si su temperatura llegara a sobrepasar los 42ºC, el animal podría empezar a vomitar e incluso entrar en estado de shock. Ante una situación así el animal podría morir.

Lo que nosotros debemos hacer ante un golpe de calor, es intentar bajarle rápidamente su temperatura. Para ello lo más eficaz es ducharle con agua fresca, pero no excesivamente fría. Una vez hecho esto deberemos acudir rápidamente al veterinario. El animal necesitará que se le inyecte inmediatamente suero y que se le ponga cierta medicación que le ayude a recuperar su estado normal.

Debemos saber que estas situaciones las podemos evitar fácilmente. Es muy importante evitar que nuestra mascota realice ejercicio en horas de excesivo calor. Tampoco debemos dejarles nunca dentro de lugares calurosos, como por ejemplo un coche, cuando las temperaturas ambientales son altas.

Cuidar las patas de tu perro

Las patas de nuestro perro se deben de cuidar ya que su cuerpo depende de ellas. Te damos unos consejos para cuidar las uñas y almohadillas de tu perro. Seguro que te lo agradecerá y se sentirás más feliz.


Primero coloca a tu perro sobre una superficie en la que no deslice y deja que se acomode sin forzarlo.


Muéstrale tu cariño y caricias para tranquilizarlo, eso le dará la confianza necesaria para que puedas revisarle las patas detenidamente. Cuando tu mascota se haya relajado y descanse, dale un vistazo a todo su cuerpo.


Con una gasa mojada con agua, limpia cuidadosamente entre los dedos y quita toda la suciedad que esté adherida a la piel. Para este te recomendamos paciencia, pues seguro que no se está quieto.


Si el perro tiene el pelo muy largo, recórtale los extremos enredados con una tijera de punta redondeada para no hacerle daño. También es recomendable cortarle el pelo que va rozando con el suelo, así se ensuciará memos.


Si encuentras grietas, heridas u otras lesiones en las almohadillas, límpialas con agua oxigenada y consulta a un veterinario en caso de que veas que se le pueda infectar.


Córtale las uñas con un cortaúñas especial para perros. Hazlo sólo en las puntas, pues en su interior tiene venas y si le cortas mucho le puedes hacer daño. En las extremidades tienen muchas terminales nerviosas.


Con una lima canina, alisa los bordes de las uñas quitando las asperezas e irregularidades para que luego no se haga daño cuando se rasque.


Al terminar el corte, hidrátale las almohadillas de las patas frotándolas suavemente con una gasa untada en aceite de oliva virgen.


Procura que tu mascota ande no sólo sobre superficies blandas, sino también sobre superficies duras que le ayudarán a desgastar las uñas naturalmente.

Zonas que pueden ser peligrosas para los perros


Cuando vamos de vacaciones con nuestro perro, tenemos que tener siempre en cuenta que hay algunos sitios en los que tendremos que vigilar especialmente a nuestra mascotas. A continuación detallamos algunas de las posibles situaciones que podrán ser de riesgo.

Un pinar: en un lugar como este habrá que tener cuidado, ya que en zonas así hay ciertas orugas que a los perros les producen una inflamación de la lengua que podría llegar a asfixiares. Para prevenir esto es necesario que el animal tenga puesta una vacuna contra esta enfermedad.

Lagunas y estanques: son lugares donde no debemos dejar de vigilar en ningún momento a nuestra mascota. Son lugares muy sucios que pueden incluso estar intoxicados. No debemos dejarles nunca que beban este agua. Ellos desconocen que el agua pueda estar contaminada.

Ríos y mares: si vamos a estos sitios con nuestros perros, tenemos que tener cuidado con las corrientes de las aguas que muchas veces son imprevisibles. En sitios como estos hay que ir con cautela, más aún si el animal no está acostumbrado a estos sitios.

La montaña: si queremos salir a pasear con ellos es necesario que siempre llevemos agua fresca y un recipiente en el que pueda beberla, alimentos y repelentes de mosquitos (si fuera necesario). Si nuestra mascota es anciana tendremos que estar pendientes tanto de su respiración como de su estado. Deberemos estar alerta además de los posibles animales que anden sueltos por la montaña, es conveniente llevar algo en la mano con lo que poder espantarlos en caso de que se acerquen a nuestro perro.

El cuerpo de un Gran Danés


El Gran Danés es una raza de perro gigante cuya apariencia implica majestuosidad y poder vaya donde vaya. Aunque su forma es muy atlética su temperamento es tranquilo y reservado. Se suele utilizar como animal de compañía aunque por su tamaño os recomendamos que tengáis una casa muy grande para que este inmenso animal esté a gusto.

Su cabeza se caracteriza por ser muy ancha y estar perfectamente desarrollada. Tiene un hocico grande, con forma rectangular. La mandíbula están bien desarrollados y la nariz es bastante pronunciada y de color negro. Sus ojos son vivaces y le hacen tener un aspecto muy inteligente. Dichos ojos pueden variar de color y seguro que has visto a más de uno de estos preciosos animales con uno de cada color, resaltando uno de color claro.


Sus orejas son largas y ya se está pasando la moda de tener que cortárselas para que se mantengan levantadas. Sus labios no son demasiado gruesos y suelen ser muy suaves. Estos ayudan a que el Gran Danés sea un perro que babea un poco. El cuello es largo y muy musculoso. Tiende a estrecharse ligeramente hacia la garganta y desemboca en un pecho muy bien desarrollado, ancho y amplio.

La caja torácica es muy sólida, con una notable subida hacia arriba en la parte del abdomen esto, le da un aspecto mucho más atlético. Las patas delanteras son rectas, muy musculosas y fuertes. Su cola es bastante larga y va disminuyendo desde la base hasta la punta. ¿Te imaginas que uno de estos perritos te dé un pisotón? Sus pezuñas son compactas y redondeadas al igual que sus almohadillas. Gracias a estas, se mueve con un paso firme y rápido.

Trucos para bañar a tu mascota


Normalmente los animales como los gatos y los perros suelen asearse ellos mismos cada día. Aún así, es aconsejable que les bañemos de vez en cuando. No va a resultar tarea fácil, ya que la mayoría de estos animales no se sienten muy a gusto en el agua, aunque siempre podrá haber alguna excepción. Pero como estas excepciones no pasan muy a menudo te mostramos a continuación algunos consejos que puedes tener en cuenta a la hora de preparar el baño para tu mascota.

En primer lugar el agua con el que laves al animal no deberá estar muy caliente, como máximo 30º. Pero tampoco deberá ser agua fría, ya que tu mascota podría coger frío al sacarle del baño. El champú que utilices para ello debe ser un champú especial para animales, ya que como es lógico ellos no tienen ni el mismo pelo ni la misma piel que nosotros. Estos champús son muy fáciles de encontrar. En veterinarios, farmacias veterinarias y tiendas de animales los encontrarás seguro.

Es muy importante que cuando el animal ya esté en el agua, esta no le entre por sus orejas. Los gatos y los perros son unos animales con unos oídos muy sensibles. Es por ello por lo que deben protegerse con especial cuidado. De hecho el propio animal intentará cubrirse de alguna manera para evitar que le entre el agua. Tú debes ayudarle a ello.

Una vez que ya hayamos enjabonado y aclarado a nuestra mascota, lo siguiente será escurrirle un poco su pelaje para evitar que al sacarle del baño su pelo no chorree agua. Podrás secarle un poco con una toalla, aunque ellos también se sacudirán fuertemente para quitarse todo el agua posible. Es importante además que intentemos secarles lo mejor posible pues al estar mojados se vuelven más sensible y podría resfriarse con mayor facilidad.

Los ladridos de los perros


Los ladridos de nuestro perro pueden llegar a preocupar a muchas personas por diversos motivos. Pero lo primero que debemos hacer ante ellos es intentar entender la causa por la cual nuestras mascotas ladran para poder buscar la mejor solución posible.

Puede que el animal ladre ante nosotros y mirándonos a los ojos. En este caso esta conducta estaría indicándonos que el animal quiere exigirnos algo (atención, comida, juego, etc.), y al no funcionarle con el gemido o darnos con la patita, a pasado a emplear el ladrido. Este comportamiento podría significar para él que tiene algún tipo de control sobre ti y que puede llegar a exigirte. Ante casos así, no sirve de nada que les gritemos. Lo único que podemos conseguir es ponerles agresivos. Lo que hay que hacer en primer lugar es asegurarse de que todas sus necesidades están cubiertas, y si es así, entonces no debemos dejarle que nos exija sin motivo alguno. No podemos dejar que nuestra mascota se convierta en un animal dominante.

Si los ladridos del perro se producen cuando lo dejamos solos o por la noche, la cosa cambia. Ya que indicarían indicios de ansiedad por separación, o lo que es lo mismo miedo a la soledad. Lo único que intenta el animal con sus ladridos es llamar la atención y expresar su angustia y frustración por estar sólo. En estos casos lo más recomendable es poner un poco de distancia sana entre tú y tu perro, para que el entienda que habrá momentos en los que no podrá ser tan dependiente.

Por último, si el animal ladra a todos y a todo, sus ladridos serán consecuencia del nerviosismo o de algunos miedos. En estos casos habrá que intentar transmitir calma a nuestro perro. Si vemos que alguna acción, como por ejemplo coger la correa, le pone nervioso lo que tenemos que hacer es esperar a que el animal se calme para bajarle a la calle.

Qué hacer si perdemos nuestra mascota


Si tienes una mascota y algún día por un descuido desaparece y no la encuentras, te ofrecemos a continuación los pasos que tienes que seguir.

Lo primero que has de hacer es acudir a una comisaría y denunciar lo sucedido. Lo más probable es que la recuperes si tienes en regla todo lo relacionado con tu mascota y esta tiene su chip identificador bajo su piel. La mayoría de la gente cuando se encuentra un perro o un gato normalmente lo va a llevar a la clínica veterinaria. Sólo unos pocos optan por quedárselo.

Una vez en el veterinario, si el animal que han llevado no aparece fichado en su clínica, lo primero que hará este será detectar y leer su chip identificador. De aquí la importancia de que tus mascotas tengan puesto este chip. Gracias a él veterinario podrá ponerse en contacto contigo, ya que en el chip se encontrarán los datos del propietario legítimo del animal. Es recomendable además ponerse en contacto con las perreras municipales y las protectoras de animales.

Habitualmente se suelen colocar también carteles con la foto del animal por la zona en la que se ha perdido y por zonas cercanas, con teléfonos de contacto en la parte inferior. Algunos deciden poner además la recompensa que ofrecerían en caso de que apareciera. Esto se hace normalmente porque muchas personas sin escrúpulos sustraen a los animales sin importarles su sufrimiento ni el de su familia. De todas formas, tampoco es conveniente que esta recompensa sea muy elevada, ya que podría llevarles a pensar que el animal vale mucho. Aunque claro está que deberá ser una cantidad atractiva que anime a devolver el gato o perro desaparecido en lugar de intentar venderlo.

Los dueños de la casa


Que el perro es el mejor amigo del hombre es algo que está más que comprobado. Son, con diferencia, los animales más fieles, más leales y los mayores defensores de sus dueños. Pero estos últimos deben saber educarlos para que no sean los perros los que acaben mandando en la casa.

En muchas ocasiones los amos miman tanto a sus mascotas tanto o más que a sus hijos y eso, a la larga, siempre pasa factura. Con esto no queremos decir que haya que maltratar a los perros, ni mucho menos, y de hecho está claro que, en la mayoría de los hogares, será uno más de la familia. Pero, a pesar de todo, siempre debemos tener claro que un perro es – y siempre será – un animal, y si no lo educamos bien, seremos nosotros los principales perjudicados.

Muchas personas se dejan llevar por su amor hacia los animales y permiten a sus perros entrar en todas las habitaciones incluso cuando no hay nadie o no los regañan por hacer sus necesidades dentro la casa, sobre todo si es un cachorro, porque sienten lástima por él. Pero es un error. A los perros, como a los humanos, debemos educarlos desde pequeños, porque es la única manera de que comprendan quienes son los dueños de la casa y de que nos obedezcan a lo largo de toda su vida.

Y es que, de lo contrario, cuando el perro crezca se creerá que es el amo de todo lo que le rodea y morderá los muebles, la ropa o incluso los juguetes de los niños sin sentir siquiera que está haciendo malo. Y entonces será demasiado tarde para remediarlo.

Cómo debe estar la trufa de nuestros perros


La trufa de nuestros perros, o lo que nosotros llamamos nariz, es un órgano muy importante para ellos que ha de permanecer siempre húmeda y brillante. No es ya por cuestión de estética como podrían pensar algunos, si no que debemos tener cuidado de que nunca esté seca para evitar problemas de salud, ya que a través de ella huele y respira.

Simples estornudos o ligeras hemorragias y arañazos no deberían alertarnos. Como ocurre en los seres humanos, eso no es síntoma de algo importante. Sin embargo, si se agudizan o persisten estos síntomas, entonces si podrían ser indicativos de que algo ocurre.

Respecto a los estornudos hay que tener en cuenta en primer lugar, que estos podrán ser de dos maneras: aislados o continuos. Si son de la primera forma, en principio tampoco deberíamos preocuparnos en exceso, ya que la mucosa nasal en general es muy sensible al ambiente, por lo que los estornudos podrían ser causa de cosas sin importancia.

Sin embargo, si los estornudos se convierten en continuos y el flujo nasal es abundante y espeso, nos indicará que nuestro animal es sensible a determinados agentes. En estos casos tendríamos que observarle y controlar que no sacuda en exceso la cabeza, que no respire con dificultad y que no le sangre la nariz. Si ocurriera algo de esto, es posible que nuestra mascota tenga algo en su fosa nasal. Nunca debemos urgarles nosotros la nariz, eso tiene que hacerlo un especialista.

Además hay que saber que la trufa de nuestros perros ha de estar fría, lisa y húmeda. Si no fuese así, no tiene por qué significar que el animal esté enfermo. Podría deberse simplemente a que ha estado demasiado tiempo al sol o que incluso ha estado excavando. En estos casos no tendría mayor trascendencia, pero en otros sí podrían producirse ciertas lesiones.