Cuando decidimos tener una mascota en casa, podemos elegir entre varias especies según nuestras necesidades: perros, gatos, hámsters… Si finalmente, después de valorar cuál es la que más nos conviene decidimos que será un gato quien pase a compartir nuestra vida, deberemos determinar qué gato es el ideal para nosotros, teniendo en cuenta nuestro carácter, nuestros hábitos, etc.

El primer aspecto al que debes prestar atención es el pelaje de tu gato. Si eres una persona a quien le encanta tener la casa impoluta no debes elegir un gato de pelo largo, tipo persa o chinchilla, ya que encontrarás pelos de tu mascota por todas partes, sobre todo sillones si el gato duerme en ellos. Esto, que a primera vista puede no parecer muy importante, puede llegar a ser un obstáculo para la convivencia con nuestra mascota si no lo tenemos en cuenta.
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A los gatos les encanta alturas. Pueden subirse a lo alto de un árbol en décimas de segundo, les encanta descansar en lo poyetes de las ventanas, etc. Gracias a estas habilidades, los antepasados de los gatos pudieron sobrevivir en plena naturaleza pero, en la actualidad, el urbanismo, puede convertirse en un verdadero peligro para ellos. Cada día, muchos gatos sufren lesiones graves, e incluso la muerte, por caídas desde ventanas o balcones abiertos.

A veces, una simple distracción, puede hacerles perder el equilibrio y caer al vacío. Muchas veces, los dueños de los gatos, les abren las ventanas para que vean la calle, sin darse cuenta de que lo que están haciendo es poner sus vidas en peligro. En Estados Unidos, la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (ASPCA) ha enviado una alerta a nivel nacional para que los dueños de los gatos, pongan protecciones en las ventanas.
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