La Leishmaniosis canina es una enfermedad parasitaria grave que afecta a los perros, y es causada por un parásito denominado mosquito de Leishmania. Habitualmente, el primer síntoma es la pérdida de pelo, sobre todo alrededor de los ojos, orejas y la nariz. Según la enfermedad va avanzando, el perro pierde peso, aunque no el apetito. Normalmente hace que salgan heridas en la piel, especialmente en la cabeza y las patas, en las áreas donde el perro se apoya en el suelo. Cuando el cuadro se vuelve crónico, éste se complica observando síntomas relacionados con insuficiencia renal en muchos casos. Entre otros lugares geográficos, aparece principalmente en muchos países de América Latina y en todos los países de la región mediterránea. En España, las regiones más afectadas son las de Aragón, Cataluña, Madrid, Baleares, Levante, Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y León.
La temporada de mosquitos comienza con el calor, normalmente en mayo, y finaliza en septiembre u octubre, dependiendo de cuánto se prolongue el verano. La leishmaniosis es una enfermedad que causa la muerte a la mayoría de perros afectados, especialmente si no reciben tratamiento y vigilancia posterior. Los flebótomos, los mosquitos que transmiten la Leishmaniosis, son insectos de tamaño pequeño, con pilosidades y dos alas que, a diferencia de los comunes, no emiten el sonido de zumbido al volar. También pican a los humanos y algunas personas pueden presentar reacciones fuertes, pero no como las que provocan en nuestras indefensas mascotas.
Si creéis que a vuestro perro le ha picado este mosquito, es indispensable visitar al veterinario para que realice una prueba analítica mediante una muestra de sangre de su perro. Dependiendo de su estado, también tomará una muestra de la médula ósea o del tejido de un ganglio linfático inflamado para examinarla al microscopio y detectar los parásitos. Por desgracia, el tratamiento no cura esta enfermedad y solamente suprime los síntomas. Además, no impide que los perritos puedan tener una recaída posterior.