Los perros como los seres humanos se ven afectados por enfermedades. El moquillo quizá sea la más conocida, aunque no es la única. Hay otras patologías que también son importantes y que conviene conocer para controlar sus síntomas y poner remedio a la primera señal porque, en combinación con otras, pueden llegar a ser mortales para el can. Una de ellas es el Coronavirus. Pero, ¿en qué consiste? ¿Cómo se nota en el perro?
Qué es el Coronavirus
El Coronavirus es un virus que afecta al intestino de los perros, siendo especialmente sensibles los cachorros porque no tienen todavía su sistema inmune desarrollado en su totalidad ni tampoco se aparato digestivo está al 100% maduro como en un perro adulto.
No obstante, este virus, que pertenece a la familia Coronaviridae, también puede afectar a los perros adultos porque el contagio se produce principalmente por los excrementos.
Una razón más por la que hay que tener cuidado con la limpieza y extremar las precauciones cuando un perro se acerca a las heces de otra mascota para olfatearlas porque es el momento en el que se produce el contagio si los excrementos están afectados por este virus.
Esta enfermedad es especialmente importante porque hace que los perros estén más expuestos o tengan una mayor propensión a otras patologías como el parvovirus. Una combinación vírica, que puede causar el fallecimiento del animal de compañía.
Síntomas
El Coronavirus presenta varios síntomas en el perro afectado. El primer síntoma son las diarreas, ya que el virus afecta a las células de las vellosidades intestinales del intestino delgado.
De hecho, cuando el virus está ya en el interior del animal y en el tracto digestivo, se dirige a colonizar todas las células que están en el intestino delgado para reproducirse y multiplicarse.
Este ataque hace que se destruyan, lo que lleva a su vez que las vellosidades intestinales se acorten y se desencadene el síndrome de malabsorción. Es decir, que ni el agua ni los nutrientes pueden ser absorbidos adecuadamente, dando paso a las diarreas.
También pueden presentarse otros síntomas como vómitos y la pérdida de apetito de la mascota e, incluso, la depresión. Incluso, es posible que el perro tenga fiebre y se produzcan problemas respiratorios, sobre todo, cuando hay una inflamación del intestino delgado severa. Esto le podría conducir a la muerte si no se actúa con rapidez.
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