Ya te has decidido por una mascota, original y fuera de lo común: quieres un cerdo vietnamita. Pero, ¿cómo cuidarlo?
En primer lugar, ten en cuenta que hay que educarlo. Si su madre también se ha criado en un entorno rodeado de humanos, convivirá bien contigo, pero además hay que adiestrarlo. A veces son cabezotas y dado su peso pueden acabar destrozando la casa. Necesitan disciplina y que te impongas como el jefe que marca las reglas y los límites. Por supuesto, también debes felicitarle cuando se porte bien. Si los métodos típicos de educación para un perro no son suficientes para tu cerdito, no te preocupes, existen centros especializados en su adiestramiento.
Con el tiempo, tu cerdito se dejará acariciar, comerá de tu mano y estará en casa igual que un perro. Además les encanta salir a pasear y jugar. Y puedes perfectamente sacarlo con una correa. Al jugar con él, no le des la vuelta de forma que quede panza arriba. Esto no les gusta nada, les hace sentir amenazados y conseguirás que se enfade.
Los cerditos vietnamitas son omnívoros, es decir, comen de todo, existen compuestos de cereales que son los más adecuados para su alimentación, junto a hortalizas, frutas y verduras. Nunca les debemos dar pienso para cerdos, este producto está pensado para cebarlos y si cebamos al cerdito vietnamita engordará en exceso y no querrá ni moverse. La obesidad es un problema a tener en cuenta en estos animales. Entre su glotonería y su olfato, cuando tienen hambre son imparables y abren despensas, armarios… lo que sea.
Debes bañar a tu cerdito cada 3 o 4 meses, es necesario para la higiene y salud de su piel. También deberás desparasitarlo y vacunarlo en el veterinario.