Los loros son animales que también tienen un hueco como mascotas en el hogar. Normalmente, son pacíficos, aunque a veces tienen alguna conducta agresiva que conviene analizar para detectar la causa y poner solución. Dentro de ellas, una de las que más preocupa son los picotazos, sobre todo, cuando se dan al dueño. ¿Por qué tienen este hábito? Es una conducta que responde a unas causas muy claras. Aquí contamos las más importantes.
Los motivos
Una de las causas más claras es la ansiedad. De este modo, el picotazo debe entenderse como una conducta automática ante estos episodios ansiosos. Este tipo de cuadros puede responder a diferentes situaciones. Una de ellas es tener que vivir en una jaula que es demasiado pequeña o tener que compartir el espacio con otras aves.
Pero también existen otras causas como la necesidad de tener algún aliciente en su día a día para interactuar y entretenerse. Si el loro no tiene cubierta esta parte para desarrollar su sociabilidad, aparece el llamado picaje, que no es más que una reacción de estrés que se manifiesta con picotazos al dueño y con otros comportamientos como arrancarse a sí mismo las plumas o bien a otras aves con las que conviva.
Tras los picotazos al dueño igualmente puede estar el forrajeo. Esto puede definirse como la necesidad que tiene de conseguir alimento, lo que expresa con diferentes acciones como esta. De este modo, es probable que el loro esté explorando el territorio para ver dónde puede obtener comida, seleccionando posibles zonas y decidiendo cómo podría hacer la manipulación.
Una situación que, a su vez, deriva en estrés o ansiedad. Por este motivo, es clave instalarle una bandeja de forrajeo en la que tenga distintos sustratos para que interactúe con ellos.
Pero también el picotazo a los dueños puede responder a otros motivos como los territoriales. Como todo animal, necesita marcar su territorio y hacerse notar. No hay que obviar tampoco los cambios hormonales. Por ejemplo, en la época de apareamiento, suelen tener más impulsos con conductas algo más agresivas como los picotazos.
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