Alexa, el asistente de voz de Amazon, ha llegado para revolucionar la vida en el hogar. Y no sabe hasta qué punto porque no solo las personas pueden hablar y hacerle peticiones, sino que también los animales se ha sentido atraídos por este sistema. Y uno de los casos más populares es el del loro Rocco, que se ha hecho famoso precisamente por hablar con Alexa. Es más, ha llegado a hacer incluso pedidos online, algo que le ha supuesto más de un problemilla a su dueña. Así que, si tenemos Alexa en el hogar y una mascota parlanchina, mejor tener cuidado.
La historia
Rocco es un loro gris africano, que se caracteriza por muy parlanchín y por tener unas preferencias muy claras porque le gusta escuchar música y hacer cosas que no realiza en presencia de su dueña cuando está en casa.
Y Alexa se ha convertido en su perfecto aliado. Y es que el asistente de voz de Amazon responde a sus peticiones cuando el loro le habla, cumpliendo así todas ellas.
De esta manera, su dueña Marion Wishnewski ha visto cómo el loro no se lo pide que Alexa le ponga su música favorita, sino que también ha realizado compras de artículos tan sorprendentes como cometas o bombillas.
La historia desde este loro se ha hecho viral porque no es la primera vez que sus peripecias saltan a los titulares de prensa. Ya cuando vivía en el santuario National Animal Welfare Trust, en el Reino Unido, se caracterizaba por hacer muchas trastadas, además de pronunciar palabras muy mal sonantes.
Ahora con Alexa, ha encontrado a un compañero ideal con el que no para de hablar durante todo el día, tras observar como su dueña se relacionaba con este asistente de voz, logrando así aprender a cómo sacarle partido y todo lo que se puede hacer a través de este asistente.
Consecuencias
Laa historia de este loro puede parecer muy graciosa, pero lo cierto es que se han producido algunos problemas. Y es que Rocco ha comprado a través de Alexa múltiples productos como melones, fresas, sandías, helados, pasas, brócoli, bombillas, un hervidor o una cometa, entre otros.
La dueña tiene que estar así revisando periódicamente la lista de la compra cada vez que llega a casa y cancelar todas las compras que hace el loro en su ausencia.
No obstante, esta experiencia ha tenido final feliz porque el filtro parental estaba activado por lo que las compras no pudieron llevarse a cabo y la propietaria se ha ahorrado todos esos costes.
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