Los peces, como todos los animales, suelen tener hábitos y costumbres que llaman la atención a los seres humanos y que se observan tanto al ver a estas especies animales en ríos y mares como en las peceras o acuarios. Son comportamientos a los que hay que prestar atención porque tienen su significado. Muchas veces son una señal de que algo no va bien. Pero, ¿cuáles son esos gestos o acciones tan curiosas? ¿Cuándo dejan de ser curiosidad para convertirse en problema? Aquí te contamos algunas de las principales.
Los comportamientos
Los peces parecen animales muy tranquilos porque siempre se les ve nadando relajadamente, comiendo, escondiéndose entre la decoración del acuario… Sin embargo, esto no siempre es así porque su vida no siempre es tan sencilla como puede parecer.
La convivencia entre los peces de un acuario y, sobre todo por las especies que lo habitan, determina el comportamiento de estas especies animales. Y uno de los más curiosos es el seguimiento que se hace un pez de otro. Normalmente, esta acción es normal y se corresponde con el apareamiento, ya que el macho sigue a la hembra.
Pero no hay que olvidar que puede surgir una rivalidad entre los machos si hay varios de ellos en el mismo acuario o pecera. De este modo, se persiguen entre ellos hasta que uno consigue ser el vencedor, consiguiendo tener la hembra para él. Es un comportamiento que puede evitarse al incluirse en el acuario dos hembras por cada macho.
El apareamiento no es la única causa que explica que un pez nade tras otro. Este comportamiento también puede producirse porque el tamaño de la pecera no es el adecuado. Los acuarios pequeños generan estrés porque los peces no pueden nadar libremente y empiezan a sentir la necesidad de escaparse hacia zonas más libres. Esto lleva a que se sigan entre ellos porque así sienten que el espacio es mayor que el real.
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