En la comida de las mascotas no solo es importante hacer una buena elección en función de las necesidades de cada animal de compañía. También es fundamental guardarla en casa porque es habitual que, cuando se compra un envase, nunca se acabe con una sola toma. A veces se cometen errores y equivocaciones en su almacenamiento, sobre todo, cuando se vive en zonas ajardinadas o en el campo en las que es más habitual que proliferen hormigas, insectos… u otros animales que pueden sentirse atraídos por esta comida y meterse en ella. ¿Qué se puede hacer en estos casos? Toma buena nota de estos consejos.
Cómo guardar la comida
Cuando el animal de compañía es alimentado con pienso, es fundamental guardarlo bien para evitar que insectos u otros animales puedan entrar en el envase y, en consecuencia, ser ingeridos por la mascota sin que nos demos cuenta por su reducido tamaño.
Siempre se recomienda guardar el pienso en recipientes cerrados como las bolsas de almacenamiento con cierre hermético, aunque también se pueden usar latas de café o fiambreras. Cualquiera de estas opciones u otras, siempre que haya un buen cierre, son una excelente solución porque así se evitará la entrada de insectos.
También es aconsejable guardar la comida de la mascota en una zona que no esté cerca del jardín, plantas, macetas… y que no sea de fácil acceso para otros animales.
Comederos
Además de tener cuidado con el almacenamiento de la comida, otra de las claves está en el comedero. Lo recomendable es emplear uno con foso, de manera que la parte inferior con agua actué como una barrera y mantenga alejadas a hormigas y otros insectos mientras la mascota come.
Si el problema concreto son las hormigas, existen en las tiendas de mascotas comederos específicos para evitarlas. Además, son artículos que están diseñados para ser usados tanto en interior como en exterior.
Y otro truco que funciona es cambiar el comedero de sitio durante varios días para evitar que los insectos acudan siempre a esa zona y tarden en detectar dónde está situado nuevamente. Clave es a su vez limpiar bien la zona para dificultar que se siga el rastro de los alimentos.
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