Cuidados de las patas de perros y gatos


En el cuidado diario de nuestras mascotas muchas vece nos olvidamos de que las almohadillas, la parte de las patas que está en contacto con el suelo, necesita unos cuidados especiales para no resecarse y de ese modo evitar la aparición de grietas y heridas que podrían infectarse y suponer un problema para nuestro amigo.

Por ello, cuando volvamos de del paseo es aconsejable aplicarles un poco de aceite de almendras, que hidratará la piel y evitará la aparición de problemas en las almohadillas. Al hacerlo, debemos recordar que las almohadillas presentan muchas terminaciones nerviosas, lo que las vuelve muy sensibles y muchos animales se pondrán nerviosos cuando las revisamos o las hidratamos.

Si vemos que nuestro perro o gato cojean, debemos revisar estas almohadillas plantares y ver qué es lo que le está molestando. Lo haremos presionando suavemente tanto en las almohadillas como alrededor de ellas, para ver dónde le duele, aunque deberemos hacerlo con cuidado, porque si el dolor es muy intenso el animal puede reaccionar con agresividad.

Si hay una lesión, normalmente estará producida por objetos como vidrios, astillas de madera y quemaduras si el perro camina constantemente por la carretera. Si observamos que nuestro perro o gato se lame repetidamente las almohadillas y las mordisquea, deberemos llevarlo inmediatamente al veterinario, ya que pueden llegar a producirse úlceras con esta conducta.

Insuficiencia cardiaca en perros y gatos


Se denomina insuficiencia cardiaca a la incapacidad del corazón para bombear sangre suficiente para cubrir las necesidades de todos los tejidos y órganos. Las causas de esta enfermedad pueden ser muy diversas: válvulas del corazón defectuosas, enfermedades del miocardio, infestación de parásitos y otras alteraciones cardiacas que pueden afectar a nuestra mascota.

Existen dos tipos de insuficiencia cardiaca: congénita, es decir, heredada y adquirida. Si es congénita, nuestro animal la sufrirá desde el nacimiento, aunque es una enfermedad que afecta a pocos perros y gatos y que se suele detectar cuando el animal es joven durante alguna revisión rutinaria. Es mucho mayor la incidencia de las cardiopatías adquiridas, que se dan sobre todo en animales con más de cinco años de edad.

Dependiendo de la especie, son más comunes unas afecciones que la provocan. En los perros lo normal es que sea debida a afecciones de las válvulas del corazón, mientras que en los gatos suelen deberse a alteraciones del miocardio, el músculo del corazón.

Todo ello genera una sintomatología muy característica en el animal, en la que podemos encontrar falta de apetito, decaimiento general y disnea, que es la dificultad para respirar que suele aparecer después de hacer algún tipo de ejercicio y por las noches, cuando está tumbado, aunque no haya realizado ningún tipo de ejercicio.

En el momento que observemos varios de estos síntomas, deberemos llevar a nuestra mascota para que sea examinada por el veterinario. Éste, para evaluar el grado de gravedad de la enfermedad del animal le realizará diferentes pruebas.

El tratamiento suele consistir en medidas para mejorar la capacidad respiratoria del animal y favorecer el normal funcionamiento del corazón, todo ello acompañado de una dieta específica para animales con cardiopatías.

¿Cómo ven los gatos?


Es una pregunta que seguramente se han formulado muchos dueños de gatos. ¿Ven ellos el mundo igual que nosotros, con los mismos colores, o ve sólo en blanco y negro?

Sabemos que ellos son capaces de hacer algo que a nosotros nos es imposible, que es ver en la oscuridad, pero no sabemos cómo ve nuestro gato el resto del tiempo. La respuesta es que sí pueden ver en colores, aunque la cantidad de colores que pueden ver es mucho más limitada que la nuestra. Por el contrario, su agudeza visual supera con creces la del ojo humano, por lo que pueden distinguir formas y objetos a mucha más distancia que nosotros.

Los colores que pueden ver los gatos dependen mucho de la luz ambiental. Por la noche, aunque pueden ver en la oscuridad, su visión está limitada al blanco y negro. La razón de esto es que su visión nocturna se debe a una serie de células que poseen en la parte posterior de los ojos denominada tapetum lucidum que refleja la poca luz que hay por las noches hacia las células de la retina, como si fuera un espejo, pero sin pasar por los receptores del color.

Esos receptores del color funcionan de día, aunque el gato a diferencia de nosotros, sólo tiene receptores del color sensibles al verde y al azul, pero no al rojo (nosotros sí podemos ver estos tres colores). Estos receptores no están muy desarrollados porque realmente no son necesarios para la subsistencia del gato, por lo que el verde, el amarillo y el blanco a sus ojos son colores muy parecidos, mientras que el rojo lo perciben en un tono parecido al gris oscuro.

Convivencia entre el gato y otras mascotas


Si hay una convivencia que parece aún más complicada que la de los perros y los gatos es, seguramente, la de éstos con otras mascotas que puedan compartir nuestro hogar, como peces o aves. Y aunque realmente es difícil lograr una convivencia en armonía entre dichas especies, sí es posible conseguirlo, aunque siempre deberemos tomar las medidas necesarias para mantener la seguridad de nuestras mascotas. No debemos olvidar en ningún momento que, en estado salvaje, el gato es un depredador natural de estas especies, por lo que a veces su instinto dificultará la convivencia.

Para logar una convivencia efectiva entre estas especies deberemos estar atentos al comportamiento de nuestro gato los primeros días de su llegada a casa, y en cuanto veamos un signo de su instinto cazador, deberemos reprenderle firmemente para que el gato asocie que es un comportamiento negativo. Deberemos extremar las precauciones si lo que tenemos es un tipo de ave que podemos sacar de su jaula en algunos momentos, como los periquitos.

Este adiestramiento será mucho más sencillo si a nuestro domicilio llega un cachorro de gato, al que sí podremos adiestrar para que conviva con las otras especies. La familiaridad de la convivencia y nuestro adiestramiento pueden lograr que dichas especies se toleren mutuamente e incluso podremos ser testigos de comportamientos sorprendentes, como que el gato y el ave compartan momentos de descanso juntos. Eso sí, no debemos olvidar en ningún caso que el instinto depredador del gato es muy poderoso y no podremos bajar la guardia en ningún momento.

Si a pesar de nuestros esfuerzos no logramos que el gato conviva en paz con el resto de nuestras mascotas, no nos quedará más remedio que ponerlas fuera de su alcance, lo cual no siempre resulta fácil, dadas las habilidades físicas de nuestro amigo felino.

Alopecia en gatos


Al igual que nosotros, los gatos sufren alteraciones en la piel que les pueden causar pérdida de pelo o alopecia. Esta pérdida se suele acompañar de prurito e incluso de aparición de lesiones como costras o desescamación. Entre las causas principales de la alopecia podemos destacar:

Estrés: Los gatos son animales rutinarios y tranquilos a quienes les gusta tener el control de su entorno. Cambios repetidos en su rutina, traslados frecuentes, la presencia de muchos animales en el hogar o la cercanía de perros que ladren continuamente puede provocarle mucho stress y, al igual que ocurre en los humanos, ese estrés mantenido puede causar que pierda el pelo debido a la dermatitis. Esta suele ser la causa principal de la pérdida de pelo de nuestra mascota.

Infecciones parasitarias como la sarna, la demodecia o las micosis en la piel. Si el gato está infestado de pulgas también ellas pueden ser la causa de la pérdida de pelo. Por otra parte algunas bacterias también pueden ser las causantes; en estos casos se suele producir una alopecia por zonas.

– Después de la castración, algunos animales pueden sufrir alteraciones endocrinas que comporten la pérdida de pelo.

– Finalmente, debemos tener en cuenta que existen razas como la Cornish y la Devon Rex que tienen una alteración genética del pelo, que se traduce en falta de pelo primario y zonas de alopecia en su pelaje.

Una vez que percibamos la pérdida de pelo en nuestro gato, debemos llevarlo al veterinario para que, por medio de diferentes pruebas diagnósticas, determine el origen de la alopecia. Si tenemos más gatos en casa, deberemos mantenerlos alejados, porque si es debida a causas infecciosas se puede contagiar con facilidad.

Los cariñosos Ragdolls


El origen de estos gastos es Estados Unidos. Se caracterizan por tener uno gatos de un tamaño considerable que pueden llegar a pesar unos 9 kilos. Tienen los ojos azules y una cola peluda. Los Ragdolls se comenzaron a criar en la década de los 60. Su descubridora fue Ann Baker. Estos gatos se caracterizan por ser muy cariñosos e inteligentes. Siempre están dispuestos a ofrecer un sin fin de amor a sus propietarios.

Su tamaño, como te comentábamos, bastante grande y su dulce personalidad han conseguido que sean llamados los «gigantes amables”. Tienen una relajada actitud dócil, un maullido tranquilo, y pueden llegar a ser bastante lentos. Ofrecen una relación íntima y fiel que pocas razas de gato pueden proporcionar. Son muy listos por lo que no te costará enseñarles algunos trucos como por ejemplo la recuperación de juguetes, dar la pata y sentarse.

En las casas se comportan muy bien y son fáciles de cuidar como la mayoría de los gatos. Están tan unidos a sus dueños que la mayoría de las veces, no pararán de seguirlos cuando estos están andando por la habitación. No son nada agresivos y por lo tanto no es recomendable que se les deje pasear por la calle. Si resultasen atacados no sabrían casi defenderse.

La alimentación, dependerá de cómo te quieras organizar. A menudo, muchos dueños les dan de comer por la mañana una latita y otra por la noche, dejando la comida seca durante todo el día si es que no van a estar. Lo mejor es que consultes con el veterinario que es lo que mejor le conviene a tu Ragdolls.

Cuidados del pelo del gato persa


Una de las características que hacen más atractivo al gato persa es, sin duda alguna, su largo y sedoso pelaje. Si queremos que nuestro gato tenga siempre un aspecto perfecto, deberemos cepillar y cuidar su capa de pelo.

El cepillado es muy importante, porque de ese modo disminuiremos en gran medida la cantidad de pelo que nuestro gato ingiera cuando se llame el pelo, evitando así problemas derivados de la ingesta de pelos.

Para peinar a nuestro gato deberemos tener dos peines, uno de púas más separadas y otro con ellas más juntas. El primero lo utilizaremos si el gato tiene el pelo muy enredado y lleno de nudos. Si no es así podemos utilizar el segundo para peinarlo eliminado pequeños enredones.

Debemos tener mucho cuidado al cepillar las axilas, la barriga, la cola y el pecho, porque es el lugar donde encontraremos más nudos. Deberemos deshacerlos con paciencia, siempre sin tirar para no lastimar al gato. Recordemos que el cepillado debe ser un momento placentero para nuestra mascota, con lo cual nos será más fácil asearlo. Deberemos peinarlo todos los días para mantener su pelo libre de nudos.

Para cepillar al gato deberemos utilizar un cepillo para gatos o para perros de talla pequeña. El cepillado lo haremos una vez por semana, y lo haremos siempre a contrapelo para eliminar más fácilmente el pelo más débil.

Si no puedes cepillar a tu gato por unos días, puedes echarle un poco de polvos de talco para evitar que se le formen nudos, pero no debes abusar de él. Utilízalo sólo en casos de emergencia, ya que a la larga inhalar polvos de talco puedes ser perjudicial para el aparato respiratorio del animal.

Las vacaciones y los gatos


Aunque parezca mentira, ahora es el momento en el que muchas personas deciden disfrutar de sus vacaciones. Da igual la época que sea cuando tienes mascotas viviendo contigo. Además de planificar tus vacaciones, también deberás planificar las suyas. Cuando se tiene un perro, la decisión parece más fácil: se le lleva a una residencia canina y listo, pero ¿qué sucede cuando tenemos un gato?

Aunque muchas personas creen que los gatos prefieren estar solos, los gatitos también se sienten solos y puede llegar a sufrir algo de ansiedad por este cambio momentáneo. Debes asegurarte de que tu gato este muy bien atendido los días que estés fuera. La seguridad y la comodidad del animal es en lo primero que tendrás que pensar. A continuación tienes un par de consejos que te pueden ayudar:

– Buscar una persona responsable
Un amigo o un familiar que mantenga una buena relación con el gato puede ser la mejor solución. Nunca se sabe lo que puede pasar mientras estás fuera, y debes tener a alguien que te ayude a mantener segura a tu mascota. Esa persona deberá saber donde se encuentra la comida del animal y todas aquellas cosas que necesite: medicación, juguetes. Deberá visitarle al día el mayor número de veces que pueda.

– Hablar con el veterinario
La persona que se vaya a quedar con tu gato debe saber dónde está su cartilla del veterinario y donde se ubica el centro médico donde podrán asistir al gatito en caso de urgencia. Es por eso que el veterinario debe saber que tú estás de vacaciones y que tu cuidador es la persona autorizada para llevar al animal a la consulta.

Cuidados del cachorro de gato


Una vez que hemos decidido acoger en nuestra casa a un gato, sobre todo si es cachorro, deberemos procurarle unos cuidados básicos de forma que logremos que se acostumbre y se sienta a gusto tanto con su nuevo hogar como con nosotros.

Para evitar que el gatito se ponga nervioso el primer día deberemos intentar que su llegada se produzca sin sobresaltos y evitar que pase de mano en mano por todos los miembros de la familia.

Desde la primera noche será necesario que lo acostumbremos a dormir en su cesta o en el lugar que hayamos designado para él, ya que si nos lo llevamos a la cama luego será muy difícil quitarle esta costumbre. Lo ideal es que no esté en un lugar demasiado aislado para que se vaya acostumbrando a los ruidos de la casa.

Será también necesario, sobre todo si es un cachorrito que ha sido abandonado es llevarlo al veterinario, para que lo desparasite y verifique su estado de salud. También, si está dentro de la edad de vacunación, será necesario vacunarlo de las principales enfermedades del gato como la rabia o la panleucopeina felina.
En cuanto a su alimentación, es necesario darle una alimentación específica atendiendo tanto a su edad como a su raza y recordar que debe tener en todo momento agua limpia en un lugar accesible para él. Si decidimos darle pienso, existen muchas variedades en el mercado específicas para la edad del gatito. Si preferimos darle alimentos naturales, deberemos darle leche tibia, y carne, alimentación que complementaremos con pescados, yogurt, atún en lata, etc.

Se debe prestar especial atención al aseo del gatito no sólo por la salud del animal, sino porque el momento del cepillado se convierte en un momento de complicidad entre el gatito y su amo. Es bueno terminar el cepillado con una caricia o un juego.

Convivencia entre perros y gatos


Habitualmente, cuando un perro ve a un gato desconocido, su primera reacción es perseguirlo, y si se produce un enfrentamiento entre ambos puede tener graves consecuencias. Parece que, instintivamente, estas especies no puede convivir juntas, debido a que ambas son depredadoras y competidoras, incluso aunque tengan todas sus necesidades cubiertas. Sin embargo, muchos de nosotros conocemos domicilios donde gatos y perros conviven en armonía. ¿Cuál es el secreto para lograrlo?

Si ambos son cachorros y tienen mucho contacto entre sí, la convivencia será muy sencilla, ya que crecerán compartiendo el mismo territorio, juegos y ambiente, lo que facilitará que se conviertan en grandes compañeros sin problemas en la convivencia.

Si no se han criado juntos, es más fácil la convivencia entre ellos si quien ha llegado a primero a nuestro domicilio ha sido el gato y es un cachorro de perro con quien tiene que convivir, ya que los gatos se adaptan mejor a los cambios. Además, sabiendo que el perro es un cachorro, le tolerará sin mayores problemas. Si la nueva mascota que traemos a casa es un perro adulto y es de una raza dócil, tampoco habrá mayor problema, ya que el gato delimitará su territorio desde el principio y el perro se adaptará a él.

La convivencia es más difícil de lograr cuando es un perro adulto quien debe aceptar a un gato, ya que tolerará peor que invadan su territorio. Si tenemos espacio, lo mejor es que al principio compartan zonas cercanas para que cada uno se acostumbre al olor y a la presencia del otro, y esperar unos días hasta que se conozcan. En ese momento nos debemos asegurar de que ninguno de los dos animales tiene hambre y están tranquilos.