Los perros no solo se pueden sentir atraídos por objetos que haya en casa o las zapatillas y prendas de vestir de las personas con las que convive. También hay otros productos que también llaman su atención como es el caso de las cremas y lociones. En el caso de las que emplean las personas con las que conviva, la solución es fácil. Solo hay que ponerlas lejos de su alcance y bien tapadas para evitar que las lama. Pero, ¿qué hacer cuando al propio perro hay que aplicarle alguna crema o loción para curar alguna herida o seguir algún otro tratamiento y que no se la lama? Aquí damos algunos trucos para evitar ese gesto y los daños que le puede originar su ingesta.
Las soluciones
Una de las mejores soluciones es cubrirle la zona en la que se le aplica la crema o la loción con un vendaje que sea adecuado. De este modo, se evitará que se la pueda lamer.
Eso sí, en aquellas situaciones en las que la crema o loción se deba aplicar con cierta periodicidad, será necesario cambiar el vendaje con frecuencia porque el uso del mismo puede favorecer que crezcan bacterias o producir un empeoramiento de la infección o de la herida.
Otra solución bastante efectiva es aplicar la crema mientras duerme, tratando siempre de que no se despierte. Es una buena opción aprovechar cuando todos los miembros de la casa estén descansando para que el can no oiga ruidos y no vea su sueño interrumpido. Entre los mejores momentos del día están las horas de la noche y las de la siesta.
En aquellos casos en los que se despierte al ponerle la crema o loción o sea un perro muy inquieto, se puede consultar con el veterinario suministrarle un medicamento que lo adormezca.
Y, finalmente, otra alternativa es emplear el collar isabelino. Este tipo de collares tiene forma de cono, ajustándolo alrededor del cuello de la mascota. Es un diseño que ha sido especialmente concebido para que, precisamente, los perros no se puedan lamer las heridas o bien quitarse los puntos quirúrgicos, entre otras posibilidades.
No obstante, su uso siempre debe consultarse con un veterinario, quien además podrá ayudar a elegir el tamaño que sea más adecuado a cada perro.
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