Cuando se ve un gato, siempre se tiende a pensar en lo bonito que es su pelo. Y, la verdad, es que hay mininos que se caracterizan por tener un pelaje muy bello. Sin embargo, su pelo no solo dota al gato de mayor o menor belleza y le hace que tenga un aspecto particular y a la vez común conforme a la raza a la que pertenece. Su color también marca su carácter o, al menos, hace que tenga unos rasgos característicos. Pero, ¿qué significan las tonalidades más habituales?
Blanco
El gato blanco se caracteriza por ser muy presumido, siendo habitual que dedique mucho tiempo a lamerse para mantener y lucir siempre un aspecto impecable y muy limpio.
Además, suelen ser mascotas muy tímidas, pero que están de forma continuada en un estado de alerta porque saben que su color de pelo llama la atención de otros animales y posibles depredadores.
Un dato importante a tener en cuenta es que, si el gato tiene el pelo blanco y los ojos azules, es habitual que padezca de sordera. La razón de esta relación no es otra más que el gen que causa el color blanco del pelo.
Negro
Los gatos con pelo de color negro son muy tímidos y cariñosos, además de ser animales de compañía bastante tranquilos. Un rasgo muy característico es que son mascotas con una gran intuición. Incluso la tienen más desarrollada que otros mininos.
Gris
Los gatos grises suelen ser bastante traviesos, sobre todo cuando son cachorros, aparte de ser muy cariñosos y leales con las personas que les cuidan. Pero esto no implica que, de vez en cuando, muestren también cierta desconfianza ante personas que no le generan esa sensación de confianza.
Naranja
Los gatos naranjas son los más juguetones de todos los mininos. Están dispuestos siempre a una buena sesión de juegos. También son bastante mimosos y cariñosos.
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