Parece que todas las especies de peces pueden convivir porque si hay diferentes en el mar o en los ríos, ¿por qué no en un acuario? Sin embargo, la pecera es un hábitat distinto en el que hay que tener cuidado de los peces que se ponen, sobre todo a convivir porque no todos pueden compartir espacio. Además, hay algunas especies que son muy llamativas, pero venenosas. En estas nos vamos a detener hoy para que no las incluyas en el acuario al elegir los peces.
Peces venenosos
Una de estas especies es el pez león, que tiene unos tentáculos carnosos que sobresalen de entre la zona superior de los ojos y hasta debajo de la boca. En cada una de las bases de la aleta cuenta con una glándula venenosa de gran potencia.
Tampoco debe formar parte del acuario el pez escorpión, que en realidad es también un pez león, cuya picadura no es mortal, pero genera un dolor de gran intensidad durante unos 15 o 20 minutos. Pasado este tiempo, todavía duele más, evitando que la víctima pueda reaccionar y moverse.
Otro venenoso es el pez conejo, conocido a su vez como pez zorro. Su picadura tampoco es mortal, pero produce reacciones en la piel realmente molestas y muy, pero que muy dolorosas.
No puede faltar en esta lista el pez globo. Su veneno es mortal, siendo 1.000 veces más potente que el cianuro. Además, un dato a tener en cuenta es que no existe antídoto contra esta toxina.
El pez coral catfish o siluro coralino tampoco es conveniente incluirlo en un acuario. Su picadura puede ser mortal por lo que se debe tener mucho cuidado con las espinas venenosas de su primera aleta dorsal y las situadas en la zona de los pectorales.
Venenoso es igualmente el pez piedra, cuya picadura duele igual que la de una cobra. Su veneno se transmite a través de las 13 espinas de su zona superior. El dolor llega a ser tan intenso, que inmoviliza a la persona.
El listado se cierra con el pez cirujano, que es venenoso tanto por su contacto como por ser ingerido si no se limpieza bien, así como la piraña que la incluimos en lista porque, aunque no es venenosa, tiene una mordedura muy poderosa: 30 veces su propio peso corporal.
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