Como con cualquier mascota, la mejor forma de asegurarnos de la buena salud de nuestra iguana es observándola. Si deja de comer, tiene mucosidad en la boca o la nariz, respira con dificultad o sus miembros están entumecidos, es probable que esté enferma. Estas son algunas de las enfermedades más habituales en las iguanas:
– Parásitos
Pueden ser internos o externos. Los parásitos internos provocan falta de apetito, no suelen implicar gravedad. Más problemáticos son los parásitos externos, en general ácaros que ocupan la boca y los ojos de la iguana. Para eliminarlos hay que usar acaricidas.
– Infecciones cutáneas
Se producen por exceso de humedad o falta de higiene. Hay que lavar con cuidado la zona de piel afectada y, para evitar que vuelva a suceder, mejorar las condiciones del terrario.
– Falta de calcio
Las iguanas tienden a padecer una enfermedad en su metabolismo que les impide absorber bien el calcio. Los síntomas de esta enfermedad son la inflamación de las patas traseras de la iguana. Para evitarlo basta con añadir calcio en polvo a la dieta de nuestra iguana.
– Quemaduras
A veces, por accidente, nuestra iguana puede acercarse demasiado a la fuente de calor del terrario y quemarse. Observa bien la quemadura, si es pequeña se curará por sí misma, pero si es grave debes llevar a tu iguana al veterinario.
– Infecciones respiratorias
Si tu iguana tiene mucosidad, los ojos cerrados y problemas para respirar bien, es probable que tenga una infección respiratoria. Debes reaccionar rápido e ir al veterinario, pues las iguanas son muy sensibles a esta enfermedad que, además, es contagiosa. Para evitarla, lo mejor es aumentar la temperatura del terrario.