El contacto entre el dueño y la mascota es fundamental para los perros y también para las personas. Si ayer hablábamos de cómo hay que acercarse al can para mantener una buena relación y que no sienta miedo cuando queremos acariciarle, hoy vamos a hablar de esos puntos estratégicos para darle mimos y que le encantan. Son las mejores zonas para darle caricias. Pero también hay algunas que es mejor no tocar.
Las mejores zonas
Aunque cada perro es diferente, en general, se puede decir que hay una serie de zonas de su cuerpo en las que les encantan las caricias. Dentro de ellas, está la parte del cuello.
Realmente, es uno de los mejores sitios, pero también es cierto que hay canes a los que no les gusta que les acaricien ahí. De todos modos, en un principio, casi cualquier parte de su cuerpo es susceptible de ser acariciada y para recibir los mimos.
Y, ¿cómo se sabe si le gustan o no las caricias ahí? El lenguaje de los perros es muy claro: si está relajado y mueve la cola es una buena señal.
No tocar
Una de las posiciones más comunes en los perros es tumbarse sobre su espalda y dejar la panza hacia arriba con las patas también estiradas en posición vertical. Muchas personas piensan que el can adopta esta postura porque quiere caricias. No es así.
Con esta posición, el perro lo que está mostrando en realidad es indefensión y miedo o bien la adoptan porque se sienten amenazados. Es su manera de expresar esas sensaciones o sentimientos.
La panza o la zona abdominal no es la mejor para acariciar al perro. De hecho, no suele gustarle. Y, cuando se les toca en esta parte, es habitual que muestren rechazo e, incluso, emitan algún gruñido. En casos más extremos, incluso el perro podría llegar a morder. Tampoco es habitual que les guste que les acaricien las patas.
No obstante, no es una regla exacta y hay perros a los que les gusta que le acaricien esta parte de su cuerpo. Todo depende también de la relación que se tenga entre ambos y la confianza generada.
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