Si el otro día hablábamos de las razas de gatos que más viven, hoy nos vamos a centrar en aquellas que son menos longevas. Esto no quiere decir que vivan poco, sino que su esperanza de vida es inferior a las otras. Todas ellas viven, de media, unos diez años siempre que no tengan problemas de salud y las mascotas estén bien cuidadas y alimentadas.
Edad intermedia
Entre los gatos que son más longevos y aquellos que tienen menor esperanza de vida, es posible establecer una franja intermedia, que suele oscilar entre los nueve y quince años de vida. En este grupo, se engloban la mayoría de las razas.
El gato Balinés tiene una esperanza de vida que se sitúa entre los 12 y los 15 años. Una horquilla en la que también se mueve el Scottish fold. Más distancia existe en el caso del Bengalí, ya que este minino vive entre nueve y 15 años. Lo mismo sucede en el Británico de pelo corto.
Por debajo se sitúa también el gato Birmano, que vive una medida de entre nueve y 13 años, al igual que el gato Somalí. La esperanza de vida se sitúa en torno a los 12 años en el caso del minino de la raza Bosque de Noruega. Esta edad también es la media para el Chartreux, aunque hay algunos ejemplares que han llegado a vivir hasta 15 años.
Y, entre diez y 15 años, viven el Cornish rex y el Korat, mientras que el German Rex suele vivir un mínimo de nueve años y un máximo de 14.
La menor esperanza de vida
Con una esperanza de vida más corta, hay otras razas de gato en las que no es habitual que se superen los diez años de vida. En este caso, estamos hablando del Maine coon –choca su edad máxima porque es un gato de gran tamaño y fuerte-, y el Ragdoll, que igualmente suelen vivir una década.
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