Una de las principales características de la anatomía felina son sus bigotes. Pero más allá de hacer a estos animales atractivos y tiernos, son una herramienta de comunicación animal, además de servirles para cazar, explorar el territorio y hasta expresar emociones.
Los felinos cuentan con entre ocho y 12 bigotes móviles, también llamados vibrisas, a cada lado de su nariz, aunque siempre hay excepciones. Estos son diferentes al resto de pelos que cubren al animal, ya que son muy rígidos y con una función en su sentido del tacto, ya que actúan como receptores. Además, estos pelos que se insertan a una profundidad tres veces mayor que el resto del pelaje, no solo se encuentran bajo el hocico, sino que pueden localizarse encima de los ojos, en la barbilla y en la parte posterior de las patas. ¿Quieres conocer sus funciones?
Les ayudan a ver mejor
Los bigotes de los gatos están dotados de células sensitivas en su base, por lo que son sensibles a casi cualquier movimiento que ocurre cerca de ellos. Además, ayudan a los gatos, que tienen limitaciones de visión cercada, a captar estímulos táctiles que, cuando llegan al cerebro, les proporcionan una imagen en tres dimensiones de lo que tienen en frente.
Les sirven de alerta
Además, los bigotes sirven para avisar al gato de que algo se aproxima a su cara, por lo que pueden esquivar choques contra paredes y otros obstáculos aunque esté en la oscuridad.
Para entrar en agujeros
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la longitud del gato suele coincidir con la anchura aproximada de su cuerpo, una regla que no funciona cuando el animal padece sobrepeso. Así, estos pelos les ayudan a saber si pueden entrar en un agujero estrecho.
Para comunicarse
Por último, los bigotes son una importante herramienta de comunicación para el gato, ya que la posición de sus pelos dice mucho sobre su estado de humor.