Pocos comportamientos resultan tan sorprendentes en un perro. El animal corre y trota libremente por la calle, oliendo despreocupadamente aquí y allá. Pero cuando llega a un semáforo, a la voz de su amo se queda quieto como una estatua y no continúa andando hasta que su amo le da permiso. Este comportamiento es observado con envidia por la mayoría de los dueños de perros, que deben sujetar a su mascota por el collar si quieren que se esté quieto hasta que el disco se ponga en verde y el animal pueda continuar su camino sin peligro. Lograr este comportamiento no es fácil, pero con unas determinadas pautas y una buena dosis de paciencia podremos lograrlo.
– Cuando paseemos con el perro, debemos mantenerlo junto a nosotros, de forma que cuando nosotros nos paremos, junto al bordillo de los cruces, el perro se detenga también. Para ello lo mejor es detenernos a unos dos metros del bordillo.
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