Antes de adquirir un camaleón hay que preparar adecuadamente el terrario donde vivirá. Su temperatura, localización y composición son fundamentales para el bienestar del camaleón, puesto que va a pasar casi todo su tiempo dentro de él.
En primer lugar, hay que elegir o preparar un habitáculo para él. Los acuarios o los receptáculos de cristal no sirven. El camaleón se siente confuso al verse reflejado y además necesita habitar en un espacio que sea más alto que ancho. El terrario lo podemos conseguir en tiendas especializadas o construirlo nosotros mismos. Podemos adaptar una jaula y forrarla con malla metálica.
En segundo lugar, hay que buscar un buen sitio para el terrario, cerca de una ventana, para que el camaleón vea el sol y pueda metabolizarlo. Lo ideal es que esté a una temperatura constante de 25 grados, que sólo debería bajar unos seis grados por la noche. Esta diferencia térmica entre día y noche es importante para el camaleón, le ayuda a orientarse. Para conseguir esa temperatura podemos adquirir un fluorescente y colocarlo sobre el terrario.
Es muy importante que el terrario tenga plantas naturales. Sirven tanto para purificar el aire como para que el camaleón trepe por ellas. El ficus y la sheflera son buenas opciones. Hay que asegurarse de que están bien fijadas al suelo, ya que soportarán el peso del camaleón, que pasará casi todo el día subido a las plantas.
El suelo del terrario puede cubrirse con sustrato o con papel de periódico. El sustrato sujeta mejor las plantas y absorbe el olor de los excrementos del camaleón, pero también puede atraer las infecciones. El papel de periódico es una opción muy económica aunque afea un poco el terrario.
Con estos consejos lograrás que tu camaleón se adapte mejor a su nueva vida en tu casa.