El canario silvestre


Más pequeño que el que conocemos casi todos, es decir, el doméstico. El canario silvestre posee un característico plumaje verde que varía hacia tonos grises o amarillos en distintas zonas de su cuerpo.

Podemos distinguir a un macho de una hembra fácilmente, ya que ellas tienen los colores un poco más apagados.

Estos bonitos pájaros, de apenas 11 centímetros, son difíciles de domesticar si se les enjaula de adultos. Sufren mucho y la mayoría de las veces se hacen daño y chocan contra los barrotes. Si te encuentras uno adulto es mejor que lo dejes en libertad o, si lo encuentras malherido, curarlo y dejarlo donde lo encontraste. Además, la captura de canarios silvestres está totalmente prohibida, si deseas adquirir uno, ve a un criadero.

Si ya tienes un canario doméstico común, puede convivir perfectamente con el silvestre.

En libertad y en su hábitat natural, las islas Canarias, el canario silvestre se alimenta del alpiste que encuentra, además de semillas, bayas y fruta. De hecho es fácil verlos merodeando los huertos y dado que tienen un carácter dócil, no se asustan de la presencia del hombre. En cautividad, aliméntalos con alpiste y enriquece esta dieta con semillas de adormidera, avena y fruta fresca: manzanas, peras, etc.

Los canarios silvestres crían entre febrero y junio. Su periodo de incubación es muy similar al del canario doméstico. Los que se dedican a la cría de canarios a menudo cruzan a los domésticos con los silvestres para reforzar las estirpes que llevan muchas generaciones siendo domésticos.

En cautividad viven unos 10 o 12 años, son bastante robustos y sanos, sólo hay que tener cuidado a los cambios bruscos de temperatura, a los que son bastante sensibles.

4 comentarios

  1. José Luis, sería posible que aunque sea utilices un corrector ortográfico. Leer tu pregunta me causó dolor de ojos.

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