Qué hacer si perdemos nuestra mascota


Si tienes una mascota y algún día por un descuido desaparece y no la encuentras, te ofrecemos a continuación los pasos que tienes que seguir.

Lo primero que has de hacer es acudir a una comisaría y denunciar lo sucedido. Lo más probable es que la recuperes si tienes en regla todo lo relacionado con tu mascota y esta tiene su chip identificador bajo su piel. La mayoría de la gente cuando se encuentra un perro o un gato normalmente lo va a llevar a la clínica veterinaria. Sólo unos pocos optan por quedárselo.

Una vez en el veterinario, si el animal que han llevado no aparece fichado en su clínica, lo primero que hará este será detectar y leer su chip identificador. De aquí la importancia de que tus mascotas tengan puesto este chip. Gracias a él veterinario podrá ponerse en contacto contigo, ya que en el chip se encontrarán los datos del propietario legítimo del animal. Es recomendable además ponerse en contacto con las perreras municipales y las protectoras de animales.

Habitualmente se suelen colocar también carteles con la foto del animal por la zona en la que se ha perdido y por zonas cercanas, con teléfonos de contacto en la parte inferior. Algunos deciden poner además la recompensa que ofrecerían en caso de que apareciera. Esto se hace normalmente porque muchas personas sin escrúpulos sustraen a los animales sin importarles su sufrimiento ni el de su familia. De todas formas, tampoco es conveniente que esta recompensa sea muy elevada, ya que podría llevarles a pensar que el animal vale mucho. Aunque claro está que deberá ser una cantidad atractiva que anime a devolver el gato o perro desaparecido en lugar de intentar venderlo.

Cuidados para un cachorro abandonado


Es posible que algún día te encuentres en medio de la calle un pobre cachorrito que ha sido abandonado. Para que estos pobre animales no acaben muriendo y puedan tener una vida digna, es necesario que les ayudemos a sobrevivir. Para ello es necesario saber cómo debemos cuidarles y cuál es el auxilio indispensable que necesitan en ese momento de su vida.

Lo primero de todo es llevarles a una consulta veterinaria, para que los profesionales nos indiquen cuales son los pasos que debemos seguir. Pero hay algunos cuidados urgentes que nunca viene mal saber. Por ejemplo, una de las principales características de los recién nacidos es que no son capaces de regular su temperatura corporal. Así pues, al depender del ambiente en el que se encuentren lo que tendríamos que hacer es envolverles en una manta para que su temperatura sea más agradable.

Es importante también que les desinfectemos la zona del cordón umbilical. Para ello podemos utilizar algún producto base de povidona. El resto del cuerpo también debemos lavarlo. Pero como a los cachorros no se les puede bañar, con que les pasemos las mismas toallitas que se utilizan para los bebés valdría.

Respecto a su alimentación, habría que suministrarles algún sustituto de la leche materna cada dos horas aproximadamente. Para ello se pueden utilizar mamaderas artificiales que podemos compara en las tiendas de mascotas. Hay que tener cuidado mientras le damos de comer que no se ahogue. Amamantarlos boca arriba podría resultar peligroso. Finalmente una vez que el cachorrito haya comido habrá que estimularle para que realice sus necesidades fisiológicas. La madre se encargaría de ellos pero en este caso debemos ser nosotros los que masajeando suavemente con un algodón mojado les ayudemos a ello.

Qué debemos controlar cuando nuestro gato se hace mayor


Normalmente un gato alcanza su vejez a los ocho años, aunque en algunos casos no lo harán hasta los diez. Es importante que según se vaya haciendo mayor nuestra mascota controlemos más su salud. Si bien ha de vigilarse siempre, es conveniente que cuando estos lleguen a la vejez, aumentemos el control sobre su estado físico e incrementemos las visitas al veterinario.

En primer lugar es primordial controlar el peso de nuestra mascota. No debemos preocuparnos por que adelgace, ya que no tiene por qué significar que tenga problemas de salud. Pero sí habría que controlar que no engordase, ya que le podría causar ciertos problemas de salud que a su edad podrían resultar más peligrosos. Ocurre los mismo con las infecciones provocadas por los parásitos. Habría que controlar también por ello la aparición de parásitos para evitar infecciones con consecuencias peores en gatos ancianos que en gatos jóvenes.

Realizar exámenes rutinarios de ojos, corazón, sangre y orina, es también muy recomendable. Acondicionar sus uñas y limpiar sus oídos al menos una vez cada dos meses. Vigilar su apetito, su tos, posibles olores anormales, posibles bultos, su piel… Todo esto puede alertarnos de posibles infecciones o enfermedades.

Respecto a su dieta es importante cuidarla dándole raciones pequeñas de comida. Muchas pero regulares. Los alimentos secos son los más adecuados para mantener en buen estado su dentadura, pues este tipo de alimentos eliminará los depósitos de suciedad de sus dientes. Hay que tener en cuenta además que es mejor que el agua esté siempre fría. Los gatos viejos descontrolan la temperatura de su cuerpo, por lo que si se cambia muy a menudo su percepción de la sed, podrían llegar a padecer deshidratación.

Enfermedad del arañazo de gato


La enfermedad del arañazo del gato no es una enfermedad muy conocida. No es muy habitual padecerla ni es peligrosa en caso de ser contagiado. Sin embargo, siempre es bueno saber de su existencia y conocer algo acerca de ella.

La bacteria “Bartonella henselae”, un microorganismo presente en cuarenta de cada cien gatos, es la causante de esta enfermedad que se transmite al ser humano por el arañazo de un gato. Esta bacteria se encuentra en la saliva de algunos de estos animales. De forma que cuando ellos mismos se acicalan y se lamen sus pezuñas por ejemplo, esta bacteria pasaría desde su lengua al pelo e incluso a sus garras.

La infección de los seres humanos no sólo puede producirse si se ha recibido un arañazo por parte del animal. Podríamos infectarnos también con un lamido o una mordedura de un gato portador de esta bacteria. Sin embargo, el contagio de persona a persona no es posible. Pero no hay que alarmarse porque se cree que los cada gato únicamente puede transmitir esta enfermedad durante dos o tres se manas de su vida. Es por ello por lo que esta infección es poco frecuente.

Normalmente el primero de los síntomas son unos pequeños granos rojos que aparecen cerca del lugar donde se produjo el arañazo o la mordedura. Generalmente esto aparecerá una semana después de producirse la lesión y los granitos podrán permanecer durante unas semanas. Posteriormente se infamará y esta hinchazón podrá permanecer hasta desde los dos meses hasta el año. Puede producir fiebre, dolor de cabeza o falta de apetito, y en raras ocasiones conjuntivitis, neumonía o hepatitis. En general, esta enfermedad no es grave e incluso puede curarse por sí sola.

Tipos de tos en un gato


La tos en los gatos viene producida generalmente por una irritación o por una cierta presión en la laringe. Esta irritación la pueden producir diversos agentes infecciosos. Desde los virus, bacterias y hongos. Hasta algunos irritantes que el gato inhale como el humo o productos químicos. Hay que tener en cuenta también las semillas o las pequeñas partículas de alimento que se le hayan podido quedar a nuestro animal en la garganta, así como las posibles alergias que pueda tener nuestro gato.

Podemos distinguir además diferentes tipos de tos en nuestra mascota. A continuación se detallan con sus respectivas causas:

– Tos causada por una enfermedad respiratoria viral. Vendrá acompañada de fiebre, respiración ruidosa y estornudos.

– Tos causada por las anginas. La tos será débil y estará relacionada con la acción de tragar o de lamerse el animal. Será causa de una infección bacteriana o vírica.

– Tos característica de una bronquitis aguda. Será una tos seca y bastante fuerte.

– Tos por la aparición de fluidos o flemas en los tubos bronquiales. Para saber si es este el caso de nuestra mascota deberemos finarnos en si su tos es burbujenante y húmeda o no.

– Y por último la tos típica del asma. El animal tendrá dificultades para respirar y una tos profunda y silbante.

Si nuestra mascota tose de vez en cuando en principio no habría por qué preocuparse. El problema sería si nuestro gato tose de manera habitual. Si se da el caso entonces habría que observar y estudiar su tos para conocer las posibles causas de ella. Es importante tener en cuenta a la hora de observar esta tos la edad de nuestro animal, el momento en el que tose o el estado general del animal.

El gato de las orejas caídas


El gato de las orejas caídas es una extraña raza procedente de Estados Unidos. Razón por la cual es conocido también con el nombre de American Curl o Rizo Americano. Esta raza es el resultado de una mutación genética que permite que las orejas del animal se curven hacia atrás.

Esta raza desciende de los Shulamith, gatos de pelo largo que poseen unas orejas rizadas posicionadas hacia atrás. En las camadas podrá darse el caso de que haya gatos con las orejas rizadas y otros con las orejas rectas, y gatos de pelo largo y otros de pelo corto. Generalmente, en una camada de gatos de esta raza, tan sólo la mitad de los cachorros tendrían las orejas curvadas. Exceptuando esta característica, por lo demás son gatos normales.
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Vino para mascotas


No sólo tú tienes derecho a disfrutar del apetitoso vino, también tus gatos y perros pueden saborearlo casi a diario. Esto es posible gracias a Bark Vineyards, una empresa que fabrica vino para ellos. Las variedades disponibles son: Barkundy, Sauvignon Bark, Pinot Leasheo y White Sniff-n-Tail.

El producto es de máxima calidad y ha sido aprobado por la FDA, una organización que se encarga de regular todo lo que tiene que ver con los productos destinados a los animales. Es una bebida totalmente sana que les servirá para que les entre mejor la comida, todo ello sin emborracharse, claro está.

A la venta se han puesto botellas de 375 ml a un precio de 9,60 euros. Las de 750 ml cuestan nada menos que 14,70 euros. Estos precios no son fijos, pues están sujetos al tipo de cambio existente en cada momento. Infórmate en www.barkvineyards.com.

Qué pasa si tu mascota se traga algún objeto


Es muy habitual que nuestros perros y gatos, sobretodo cuando son cachorros, tengan tendencia a llevarse a la boca algunas de las cosas que se encuentran por casa. Llegando en ocasiones a tragarse pequeños objetos como pelotas, huesos, agujas e incluso calcetines. Evidentemente, a no ser que echemos en falta algún objeto que pululaba por la casa y que no encontramos, no será fácil que lleguemos a la conclusión de que aquello que no está por ninguna parte se encuentra en realidad en el estómago de nuestra mascota.

Una manera de detectar si nuestro perro o nuestro gato se ha tragado algo, es si se producen vómitos constantes después de que les hayamos dado de comer. Este es un síntoma claro de que a nuestro animal le ocurre algo en su estómago, y una posible causa de ello es que se hayan tragado algo que no debían. Este vómito además se producirá sin salivación ni arcadas, y el alimento no estará digerido ni teñido con la bilis del animal. Por lo que podremos detectar fácilmente lo que le sucede a nuestra mascota.

Si estos vómitos son prolongados, provocarán normalmente deshidratación. Si se llega a una perforación gástrica, nuestra mascota podría sufrir un shock. Es por tanto muy importante que si sospechamos que se han tragado algo les llevemos inmediatamente al veterinario. Si el objeto ha conseguido salir del estómago, será el propio animal el que acabe desechándolo aunque con la ayuda de algún laxante para evitar molestas obstrucciones intestinales.

Si por el contrario el objeto en cuestión se queda alojado en el estómago, la única manera de extraer el objeto sería mediante una endoscopia. Aunque visto así parezca todo muy aparatoso, por lo general los numerosos casos que se dan son leves, salvo que se llegue a producir la perforación gástrica de la que hablábamos. Lógicamente influirá también el tipo de objeto que nuestra mascota haya ingerido.

Gatos con pulgas


Las pulgas son insectos sin alas que crecen en ambientes húmedos y se alimentan chupando la sangre de los vertebrados de sangre caliente como los humanos, los gatos y los perros. El tipo más común de pulga que se suele infectar a los gatos es la Ctenocephalides felis. Este tipo de bichitos, puede ser muy difícil de eliminar ya que puede provocar a sus víctimas felinas diferentes reacciones alérgicas.

Otro problema que suelen producir al animal es la ingesta de las larvas de la tenia que siempre las acompañan. Por lo tanto, es imprescindible que sepas capaz de reconocer los síntomas de infección de tu mascota para que puedas acudir al veterinario y este te aconseje el tratamiento que considere oportuno. Aquí tienes algunos de los síntomas:

– El principal síntoma es la picazón. Este malestar suele obligar al gato a rascarse vigorosamente. Sin embargo, este también puede ser un síntoma causado por otros motivos. Asegúrate de cual es el problema.

– Algunos gatos pueden ser alérgicos a las sustancias que se encuentran en una pulga. Esto, les puede producir reacciones alérgicas que con el tiempo se pueden manifestar en la piel, secándola y produciendo dermatitis y pérdida del cabello.

– En ocasiones, una plaga de pulgas severa puede producir una pérdida significativa de sangre. Esto puede hacer que tu mascota sufra problemas de salud como la anemia y haemobartonellosis. La haemobartonellosis es un tipo severo de anemia, causada por unos microorganismos que portan las pulgas. Como te comentábamos, los gatos con pulgas también son más susceptibles a infectarse con la tenia.

Alergias más comunes en perros y gatos


Al igual que nosotros, nuestros perros o gatos pueden sufrir también algún tipo de alergia a algo que lees rodee en su vida cotidiana. Como ocurre entre los seres humanos, unos serán más propensos que otros a padecer este tipo de afección. El problema con nuestros animales de compañía es que nos resulta más difícil reconocer sus síntomas, por lo que nos cuesta más percatarnos de que nuestro animal padece algún tipo de alergia.

Hasta que la alergia no alcance un nivel muy elevado y sea más evidente (sarpullidos, dificultad de respirar o tos intensa) es muy probable que no nos percatemos. Ya que aunque nuestra mascota se queje, no entendemos lo que le pasa o lo que nos quiere decir. Los síntomas que pueden presentar estas alergias van desde ligeras hasta dolorosas molestias, que podrían incluso llegar a causar la muerte.

Con motivo de esto último, es conveniente conocer los tipos de alergias más comunes que pueden sufrir nuestros gatos, las posibles causas y como podemos prevenirlas.

Ácaros: habitan en nuestras alfombras, colchones, etc. y son sus excrementos los causantes de la alergia.

Hongos: aparecen en lugares húmedos tales como el baño o la cocina y sobre todo en los alimentos. Generan unas partículas que contaminan el aire que al respirarlo causaría la alergia.

Polen: polvo emitido por algunas plantas y trasportado por el viento. Es la típica alergia primaveral.

Alimentos: estas alergias las producen los componentes de algunos alimentos que ingieren nuestras mascotas y a los que pueden ser alérgicos. Estas alergias se solucionan con dietas de eliminación.

Picaduras: causadas por los diversos insectos que se encuentran en jardines, el campo y demás lugares abiertos. Si son alérgicos a sus picaduras, estas pueden llegar a producirles urticarias o tos, además de dificultades respiratorias o bajadas de tensión, llegando incluso hasta provocarles un shock anafiláctico que podría causar la muerte. Los collares o insecticidas son muy importantes para prevenir situaciones así.