Cada vez más gente opta por tener una serpiente como mascota en casa, algo que a mi particularmente me espanta pero que por suerte todos tenemos gustos diferentes y el mundo está más repartido. Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de comprarse una serpiente es que sus cuidados son muy especiales, más que los de cualquier otro animal, y que se debe vigilar constantemente en dónde está para que no se escape por cualquier agujero.
Por naturaleza, las serpientes pueden tener instintos muy agresivos, lo que hace que pueda o no ser una buena opción para convertirse en mascota. Eso depende de su origen, ya que si es una serpiente que se ha criado en cautividad estará acostumbrada y no habrá problema, pero si está acostumbrada a la libertad y se le encierra, puede volverse muy agresiva.
Una serpiente en casa
Si has valorado las posibilidades y te has decidido finalmente por una serpiente, tendrás que darle el mejor alojamiento posible. Elige un terrario en el que pueda moverse sin problemas y acondiciónalo para que se parezca lo más posible a su hábitat natural. Debe ser un terrario horizontal de cristal, o bien una caja de madera con gravilla fina.
Acondicionar el terrario
El terrario debe distinguir varias zonas: iluminadas y oscuras, de calor y templadas, con algún escondite y, por supuesto, una zona con una cubierta de rejilla para que se pueda ventilar bien. También tienes que poner un bebedero y comedero, que deben ser de fácil acceso y con el tamaño suficiente. Por último, es importante un termómetro para controlar la temperatura y que siempre sea la adecuada.
Detalles importantes
Debes tener mucho cuidado con los huecos que puedan quedar en el terrario, o bien con cualquier tapa o puerta del mismo que se pueda abrir con facilidad para que no se escape. De todas formas, no lo bloquees totalmente ya que debe haber agujeros para que la serpiente pueda respirar. Deberás desinfectar bien el terrario una vez al mes, y darle de comer una vez a al semana ya que tardan ese tiempo en hacer la digestión.