La crisis ha disparado el número de abandono de animales de compañía ante la imposibilidad de sus dueños de cuidar de ellos. Esto hace que cada vez sea más habitual encontrarnos con perros perdidos en la calle, el campo o la carretera.
El abandono es una de las experiencias más traumáticas que puede sufrir un perro, por lo que si nos encontramos uno que se ha perdido o ha sido abandonado, es importante seguir una serie de pautas para evitar que el animal ponga en peligro su vida al huir o que intente mordernos porque está nervioso y asustado.
Tranquilizar al animal
Como hemos dicho, lo habitual es que el animal esté muy asustado y estresado, por lo que no deberemos acercarnos directamente a él, ya que lo más posible es que huya. Lo mejor es detenernos a cierta distancia y llamarlo, manteniendo un tono de voz suave y calmado que transmita calma al animal, sin gesticular demasiado ni hacer movimientos bruscos. Esto es importante, ya que serán nuestro tono de voz y nuestro lenguaje corporal lo que informen al perro de nuestras intenciones, y se dejará guiar por la información que le transmitamos de este modo.
Si observamos que el animal se relaja, es el momento de acercarnos, despacio y manteniendo un tono tranquilizador. Cuando llegues a su lado, agáchate a su altura y acarícialo, siempre con la mano visible, extendida y con la palma hacia arriba, para evitar que el animal se sienta agredido. Podemos entonces cogerlo y llevarlo a un centro veterinario para que le identifiquen por medio del microchip.
No dejes de avisar
Si observamos signos de agresividad, como gruñidos o enseñar los dientes, lo más prudente es no acercarse al animal, identificar dónde estamos y ponernos en contacto con la policía, un albergue o una centro de recogida de animales.
Si está abandonado y no tiene microchip, puedes adoptar al animal. En este caso, llévalo al veterinario para que le haga un chequeo y te informe de los trámites correspondientes.