Si hay un animal doméstico cuya tenencia se ha popularizado en los últimos tiempos es, sin duda alguna, el hurón. Aunque ha llegado recientemente a nuestros domicilios, este animal, perteneciente a la especie de los mustélidos fue ya domesticado hace 2.500 años y su popularidad como animal de compañía es muy alta debido sobre todo a su simpatía y a ser un animal muy cariñoso y juguetón.
Son animales fácilmente reconocibles por su cuerpo alargado y flexible, sus patas cortas y el antifaz que presentan en la cara. Su pelaje es de color canela o chocolate, aunque también se pueden encontrar ejemplares albinos.
En cuanto a su alimentación deberemos tener en cuenta que no debemos darle dulces, azúcar, frutos secos o alimentos que contengan mucha fibra, ya que su intestino es muy corto y este tipo de comida puede provocarles una obstrucción intestinal. Dado que es un animal carnívoro, la base de su dieta debe ser la carne, y podemos complementarla con pequeños trocitos de fruta, pollo o huevo duro.
El hurón tiene un olor característico, que se hace más fuerte en las épocas de celo. Aun así, no debemos bañarlo demasiado a menudo, ya que perderían la protección natural que les proporciona su pelaje y el olor aumentará. Cuando lo bañes, utiliza champú para hurones o para cachorros de gato y sécalo muy bien.
Es necesario que le prepares una bandeja higiénica con arena de gato donde pueda hacer sus necesidades.
Es un animal muy inteligente, y muy curioso, por lo que tendremos que tener cuidado si lo dejamos corretear por la casa, evitando dejar puertas y ventanas entreabiertas o productos de limpieza a su alcance. Si vive en una jaula, ésta debe ser grande, ya que es un animal que necesita mucho movimiento. Para dormir necesitará un lugar escondido y oscuro.