Con la subida de las temperaturas, hace más calor. Es una época del año en la que muchas personas optan por cortarse el pelo para soportar mejor los días más calurosos del verano que a se avecina. Y lo mismo sucede con las mascotas y, en concreto, con los perros porque también notan el calor y el pelo puede generarles molestias e incomodidad. Sin embargo, aunque el can tenga pelo, no siempre hay que cortárselo. ¿Cómo saberlo? Aquí te damos unos trucos para saber si es el momento de llevar al perrito a la peluquería para lo pongan guapo o, si por el contrario, hay que olvidarse de esta visita.
Los factores a valorar
Inicialmente, la necesidad de cortar el pelo a la mascota no depende de si tiene mucho o poco pelo o de si es largo o corto. Hay otro aspecto que se debe tener en cuenta y que es primordial para tomar la decisión.
De esta manera, en lo primero que hay que fijarse es si el perro tiene dos capas de pelo. Es decir, hay canes que tienen una capa de pelo externa, que es la visible y que es, precisamente, la que da el color al pelaje. Esta capa se reconoce por ser larga y dura.
Por su parte, la otra capa o más bien subcapa no es tan perceptible a simple vista. Para hacer la comprobación, se debe apartar la primera capa para ver si hay un pelo más corto, fino y lanoso.
Esta capa es la que se encarga de regular la temperatura corporal de la mascota, ya que genera como una especie de bolsa de aire protectora. Es un sistema que los perros emplean tanto para hacer frente a las altas como a las bajas temperaturas.
Y esto es un dato que es especialmente importante que se tenga en cuenta porque, si se corta el pelo, se está interfiriendo en el proceso orgánico del animal. No obstante, siempre ante la duda, lo mejor es consultar con el veterinario o en una peluquería la conveniencia o no de cortar el pelo a la mascota.
Artículos relacionados: