El divertido Bobtail


El origen del Bobtail no está demasiado claro. Algunos expertos piensan que proviene de cruces entre distintas razas de pastores. Otros opinan que se trata de una raza muy antigua, ya que creen ver algunos perros Bobtail en pinturas del inglés Gainsborough en 1771.

El Bobtail es un perro fuerte y musculoso, con patas robustas y cuello ancho y corto. De cabeza cuadrada y hocico ancho, orejas pequeñas y caídas, sus ojos suelen ser marrones o azules, pero apenas se ven debido al pelaje que los tapa.

El manto de pelo del Bontail es abundante, ondulado y algo áspero. Su color varía entre el blanco, gris, negro y azul. Puede llegar a alcanzar una altura de 60 centímetros en el caso de los machos y unos 55 centímetros las hembras. El peso oscila entre los 25 y los 30 kilos.

El bobtail es un auténtico oso de peluche, no sólo por su pelo y su aspecto divertido, sino también por su comportamiento juguetón e incluso su forma de moverse, a saltitos. Tiene buen carácter, es cariñoso, afable y bastante dócil, pero también es capaz de sacar un carácter fuerte, por lo que su educación ha de ser estricta. Es un perro muy grande y fuerte y hay que saber controlarlo, no porque vaya a morder o ser peligroso, sino para evitar que nos destroce la casa.

Puede vivir en la ciudad, pero la casa ha de ser grande, acorde con las características del Bobtail. No le gusta el calor, su tamaño y su pelaje hacen que sufra las altas temperaturas, así que en verano es necesario un corte de pelo. Además, su pelaje requiere un cepillado diario, ya que por la aspereza y largura de su pelo tiende a enredarse con facilidad.

Es un perro que necesita correr y jugar todos los días, hay que sacarlo a diario y durante bastante tiempo.

Variedades del agaporni


El agaporni es un pájaro cuya familia incluye unas 300 especies diferentes. Todos ellos tienen en común su pequeño tamaño, su característica monogamia, hábitos alimentarios y plumaje muy colorido, pero hay algunos rasgos que los distinguen. Éstas son las variantes de agaporni más comunes:

Agaporni Taranta o de Abisinia, es la especie más común, su cuerpo es verde y su frente rosa. También es el más grande de los agapornis, alcanza los 17 centímetros.

Agaporni Fischer originario de las inmediaciones del gran lago africano de Victoria. Pequeño, de unos 15 centímetros, la hembra es un poco más grande que el macho. Se distingue del resto de variedades de agaporni por sus colores: abdomen amarillo, plumas verdes, y cuello y frente en tonos anaranjados.

Agaporni Roseicollis, algo más grande que el Fischer, ronda los 17 centímetros de longitud. El color de su cuerpo es verde, con cuello rosa y plumas rojizas. A veces el cuerpo puede adquirir un tono verde amarillento.

Agaporni Personata o más conocido como «enmascarado», debido a que su cabeza es de color negro y contrasta especialmente con su anillo ocular blanco. Pequeño, de unos 14 centímetros, y especialmente longevo, puede llegar a vivir hasta 10 años. Se le distingue de las otras especies por sus colores: verde o azul en el cuerpo, amarillo en el pecho y negro en la cabeza.

Agaporni Cana, originario de la isla de Madagascar. El más pequeño de las especies de agaporni, 13 centímetros. Su cabeza es de color gris siendo el verde el color predominante en el resto del cuerpo. Su época de cría es el invierno europeo, que correspondería a la primavera del Hemisferio Sur, de donde es originario.

El gato balinés


El gato balinés, pese a lo que podría parecer, no es de Bali. Su nombre se debe a su forma de moverse, similar al de las danzas balinesas típicas de Indonesia. El lugar de origen del gato balinés es los Estados Unidos en los años 40, cuando se cruzaron siameses y gatos de Angora.

El balinés es un gato muy estilizado, largo, de pelaje fino y sedoso. Tiene en común con su antepasado siamés el pelaje, las características manchas negras en la cara y también la forma de orejas, patas y cola.

Este gato es muy fiel, cariñoso y leal, pero sólo con su dueño. Aunque conviva con toda una familia, estrechará lazos sólo con un miembro y es muy probable que se muestre totalmente indiferente al resto. No es recomendable adquirir un balinés si ya se tiene otra mascota en casa. Dado su carácter tan leal con su dueño, no le gusta nada compartirlo con otra mascota, es celoso y la convivencia con otros animales puede resultar desastrosa.

El balinés puede vivir perfectamente en un piso y en la ciudad, aunque lo ideal sería que pudiera contar con algún espacio para correr, ya sea una terraza amplia, un jardín o un patio. El balinés es muy ágil y activo, por lo que si podemos proporcionarle espacio para que se mueva y trepe y juegue a sus anchas, mejor.

El pelaje del balinés es uno de sus grandes atractivos y debe cuidarse para que se mantenga bien. Lo aconsejable es cepillarlo una vez a la semana, como mínimo. Si el gato suele salir a un jardín y vuelve con el pelo enredado o sucio, habrá que repetir el cepillado más a menudo.

En época de muda el cepillado se hará todos los días usando para ello cepillo metálico y, después, un cepillo de cerdas.

El gato persa Chinchilla


Originario de Irán, la antigua Persia, los chinchillas son producto de una mezcla entre gato persa y un gato de pelo largo de Turquía en el siglo XVII, extendiéndose poco a poco por Europa hasta popularizarse a finales del siglo XIX. A día de hoy es una raza difícil de conseguir, muy apreciada por su belleza, y también algo cara.

El Chinchilla posee una estructura ósea muy fuerte, patas gruesas y pequeñas y cuerpo musculoso. De cabeza grande y redondeada, orejas pequeñas y puntiagudas y ojos muy abiertos y redondos, azules o marrones, que le dan a su cara un aspecto infantil.

Pero sin lugar a dudas lo que más destaca en el Chinchilla es su pelaje, espeso, largo y fino que puede adquirir una gama muy amplia de colores, hay chinchillas blancos, negros, grises, bicolores, color crema, dorado, chocolate… Su cola, corta, pero con muchísimo pelo y en forma de abanico, también es muy característica de esta raza.

De carácter tranquilo, casero y cariñoso, es un gato perfecto para una casa o para gente mayor. En general no es muy juguetón, sino pasivo. Por su tranquilidad y su cuerpo fuerte se suele llamar a los chinchillas los «tigres del sofá«, que es donde pasan casi todo el día.

Hay que cuidar diariamente su pelaje, peinarlo y retirar el pelo suelto para mantener la vistosidad de la raza.

El chinchilla tiene una salud algo más delicada que otros persas. Tienden a enfermar en el estómago y los huesos. A veces también sufren de alopecia en algunas partes concretas de su pelaje. Esto suele deberse a una dieta poco equilibrada y se suele solucionar con un aporte extra de vitaminas.

El coqueto caniche


Existen dudas sobre el origen del Caniche, franceses y alemanes aseguran que fue en sus países donde nació este perro. Lo que sí sabemos con certeza es que en principio se usaba al caniche para la caza de patos y que muy pronto, por su inteligencia y aspecto dulce, pasó a convertirse en mascota.

Hay tres grandes variedades de caniche: el grande, que puede medir hasta 55 cm; el mediano, de entre 35 y 45 cm; y el enano, de menos de 35 cm. Existe una cuarta variedad muy poco común, el caniche miniatura, que ni siquiera llega a los 28 centímetros.

De cabeza alta y cuello alargado, el caniche posee un porte bastante aristocrático. Sus orejas, largas y planas, son caídas. Tiene un cuerpo proporcionado y una cola larga que suele cortarse. El caniche puede tener cinco colores: los más comunes, el blanco y el negro y además marrón, gris y crema.

El caniche es un perro hogareño y muy inteligente. Su gran memoria lo hace perfecto para el adiestramiento. De hecho es una de las razas típicas que se suelen ver en espectáculos circenses. Su facilidad para el aprendizaje y su caracter cariñoso lo hacen ideal para quien nunca ha tenido perros anteriormente.

De carácter juguetón e inquieto, pero también sensible, los caniches necesitan un entorno tranquilo, maltratarlos los convierte en perros agresivos y nerviosos. Pueden vivir perfectamente en una casa, preferiblemente amplia si tienes un caniche grande. Son perros muy activos y necesitan salir a menudo a correr y pasear.

El pelo rizado del caniche es parte fundamental de su atractivo, por eso la limpieza y el cepillado son básicos. Hay que peinarle a diario con un cepillo de púas metálicas. Además se recomienda revisar sus orejas cada cierto tiempo y limpiarlas con agua.

El obediente Labrador Retriever


El Labrador Retriever es un perro resistente, trabajador y que aprende rápido. Desde que los primeros ejemplares se importaron de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, se han usado para recuperar piezas para los cazadores y, después para todo tipo de trabajos: como perro guardián, lazarillo o detectando bombas.

Sólido y fuerte, de pelo denso y corto y con unas características orejas colgantes, el Labrador alcanza los 57 centímetros de alzada. Las hembras, algo más pequeñas, suelen medir alrededor de 55 centímetros.

En cuanto a su carácter, es un animal muy inteligente y de carácter tranquilo y obediente, lo que le hace perfecto para el adiestramiento. Por supuesto, cuando antes se le eduque, mejores resultados obtendremos.

Es un perro sociable, que adora a su dueño y detesta estar solo. Si queremos viajar debemos siempre buscar la forma de que nos acompañe o que alguien se quede con él o sufrirá mucho. El labrador también es un perro de campo, su fuerza y energía lo hacen poco adecuado para una casa pequeña en la ciudad o para las personas poco activas.

Su pelo no necesita demasiados cuidados, un cepillado a la semana es suficiente. Tampoco debes bañarlo muy a menudo, pues el champú estropea el aceite natural que el pelo del Labrador posee y que lo hace resistente al agua. Además hay que revisar periódicamente sus orejas y ojos para que estén limpios y sanos.

El perro Labrador puede padecer displasia de cadera, enfermedad hereditaria. Si vas a comprar un cachorro de Labrador a un criador, pídele un certificado para saber si el animal está libre de displasia. Otras enfermedades habituales en los labradores son la atrofia retinal y la displasia retinal. Para prevenirlas conviene que los perros pasen un reconocimiento oftalmológico cuando son cachorros.

El gato Ragdoll


El Ragdoll es una raza de gato que nació en los Estados Unidos, donde es bastante popular como mascota, aunque en el resto del mundo es prácticamente un desconocido. Sin embargo el Ragdoll guarda muchas semejanzas con otras razas, como el Maine Coon, con el que comparte su gran tamaño o el Bosque de Noruega, con el que comparte su resistencia y fortaleza. Su nombre (muñeco de trapo en inglés) se debe a su gran docilidad y es que cuando se le coge en brazos se relaja de tal forma que parece una muñeco de trapo.

Musculado, fuerte y grande, de pelo semilargo en el Ragdoll destacan sus ojos azules y ovalados. Como sucede con otras razas de gatos grandes, el proceso de desarrollo del Ragdoll es lento, y no alcanza su tamaño y color definitivo hasta que cumple los tres o incluso los cuatro años. Los machos pueden alcanzar los 9 kilos de peso e incluso los 90 centímetros de longitud, mientras que las hembras rara vez alcanzan los 7 kilos.

Respecto a su carácter, el Ragdoll es muy dócil, sociable y hogareño, contradice todos los tópicos sobre la independencia de los gatos. El Ragdoll se comporta casi como un perro en cuanto a lo fiel y cariñoso que es. Además son unos animales muy tranquilos, que maúllan muy poco y son perfectos para una casa en la ciudad.

Para mantener bien su pelaje, lo más adecuado es cepillarlo una vez a la semana, excepto en época de muda, que deberá hacerse todos los días, y bañar al gato cada seis meses.

Los Ragdoll son de constitución fuerte y muy sanos, no tienden a ninguna enfermedad específica, sólo conviene controlar las bolas de pelo y proporcionarles para ello pienso específico o malta.

El gato bosque de Noruega


El exótico Bosque de Noruega procede, como os podéis imaginar, de Noruega. Sin embargo, poco más se sabe de sus origenes, ni siquiera se sabe a ciencia cierta si es una raza que se desarrolló de forma natural o mediante selección y crianza. Su popularidad creció en los años 70, siendo una raza muy común en el Norte de Europa y en Estados Unidos y Sudamérica.

El Bosque de Noruega tiene cierta similitud con el lince, siendo el color de su pelaje muy parecidos, sus facciones también triangulares y sus orejas algo grandes. La longitud de su cola, mucho mayor que el estándar del resto de los gatos contribuye a darle ese aire salvaje. Cuentan además, con una capa doble de pelo semi largo, perfecta para protegerse del frío de los países de donde proceden.

Es una raza grande, los machos puede alcanzar los 8 kilos, mientras que las hembras, mucho más pequeñas, se quedan en los 5 kilos.

Pese a su aspecto salvaje, el Bosque de Noruega es casero y cariñoso. Muy activo, más que otras razas, le gusta hacer ejercicio y trepar hasta los lugares más recónditos de la casa. Si se le castra o hace menos ejercicio del habitual, es posible que engorde mucho. Como consecuencia de esto, algunos gatos Bosque de Noruega pueden llegar a padecer displasia de cadera.

Por lo demás, es un gato sano y fuerte, que no requiere de cuidados especiales, más que bañarlo cada 15 días. Durante la época de la muda, conviene cepillarles el pelaje, para evitar que el gato al asearse acabe tragando mucho pelo y éste forme bolas en su estómago. Proporcionarle aceite de parafina también ayuda a la desaparición de las bolas de pelo.

El cirujano amarillo


Este llamativo pez es uno de los más populares en los acuarios marinos. El Z. Flavescens o más conocido como cirujano amarillo, habita originalmente en el océano Pacífico, en las islas Hawai, Ryukyu y Marina. Le gustan las zonas sombrías de los arrecifes, donde se le puede encontrar nadando a una profundidad de entre 3 o 4 metros y 40.

Aparte de por su brillante y uniforme color amarillo, se distingue por su forma: cuerpo algo alargado, boca sobresaliente y por la espina retráctil que tiene en la base de la aleta caudal y que se eriza a voluntad.

Los cirujanos amarillos pueden llegar a los 25 centímetros de longitud en su entorno natural, pero en cautividad suelen quedarse entre los 18 y 20 centímetros.

En general, el cirujano amarillo se adapta bien a la vida en cautividad, pero hay que tener en cuenta dos requisitos fundamentales. Este pez necesita espacio para nadar y también refugios donde ocultarse por la noche, por tanto nuestro acuario deberá adaptarse a estos dos requisitos. Un acuario de como mínimo 200 litros de agua marina es la mejor opción.

Además, los cirujanos son peces territoriales y algo agresivos, que pueden llegar a hacer daño a sus congéneres. La mejor manera de calmarlos es acostumbrándolos a la compañía, lo ideal es tener un acuario con más de 5 peces.

Se alimentan de algas y proteína animal en su hábitat. En el acuario se adaptan bien a la comida específica para peces marinos. Se recomienda añadir algo más a su dieta habitual, como lechuga (que habremos pasado antes por agua caliente) o alga nori (se puede encontrar en tiendas de comida japonesa).