Picadura de medusa: primeros auxilios para el perro

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En verano, es habitual bajar con el perro a la playa. Es un entorno en el que hay que tener especial cuidado porque, aunque es beneficioso para el perro, también conlleva algunos riesgos que van más allá de la posibilidad de que beba agua del mar o de la exposición solar. También están las medusas y, por supuesto, pueden picarle al perro. La prevención siempre es la mejor arma. No obstante, si esto sucede, ¿qué se puede hacer? Aquí vamos a dar una serie de consejos para un primer auxilio.

Los pasos

Lo primero que hay que hacer cuando la medusa ha picado al perro es calmar a la mascota porque notará la molestia y, seguramente, se mostrará intranquilo y con cierta irritación.

Lo mejor para ello es utilizar palabras cariñosas y, sobre todo, también es importante evitar que se lama o se rasque la zona en la que está la picadura. Si no se toca, se impide que el veneno se extienda a otras partes.

El siguiente paso es aplicarle hielo lo más rápido posible durante un mínimo de 15 minutos. El hielo no debe aplicarse directamente sobre la piel del perro. Es conveniente envolver los cubitos o el bloque helado en una toalla para que no haya un contacto directo con el perro.

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La clave de aplicar frío es que actúa como si fuera un anestésico, lo que contribuirá a aliviar el dolor que siente la mascota en la zona de la picadura.

Una vez que el perro esté más calmado, es importante revisar la piel con cuidado en la zona donde esté la picadura para comprobar que no hayan quedado restos de medusa o de alguno de sus tentáculos.

Si los detectas, se debe actuar con cuidado. Lo primero es ponerse guantes para quitar los restos para, luego, aclarar bien la zona con agua salada. Nunca se debe utilizar agua dulce ni frotar la piel.

A continuación, se debe raspar con mucho cuidado la zona de la picadura con la ayuda de una tarjeta de crédito o algo similar. Una vez llegados a casa, se le debe lavar bien la herida con vinagre durante unos diez o quince minutos para, posteriormente, secar bien la zona y ponerle una pomada analgésica.

De todos modos, si se tiene un veterinario cerca o no se está seguro de cómo actuar, lo mejor es acudir al centro o clínica para que realicen todo el proceso.

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