Los perros, como las personas, también se hacen heridas. En algunas ocasiones, son difíciles de detectar, sobre todo, cuando tienen un denso y largo pelaje, que hacen que puedan pasar desapercibidas a simple vista. Sin embargo, es importante aprender a detectarlas con el fin de evitar lesiones que puedan derivar en una infección bacteriana o no bacteriana y en un problema de salud más grave. Aquí vamos a dar unos consejos y pautas.
Infecciones no bacterianas
Las heridas en la piel pueden derivar en infecciones no bacterias, que suelen estar producidas por el hongo Malassezia, que es habitual en las lesiones relacionadas con las alergias cutáneas.
Infecciones bacterianas
Dentro de las infecciones bacterianas, está la denominada pioderma, que se produce cuando una herida no ha sido bien curada o tratada. En este caso, es una lesión que se localiza en una zona concreta o bien se extiende por la piel del perro.
Las causas son varias: desde alergias, picaduras de pulgas, la presencia de parásitos… Un motivo por el que es especialmente importante fijarse en las arrugas de la piel del perro, así como en el roce entre los pliegues que, igualmente, podrían desencadenar en lesiones que se infectasen.
En general, se manifiestan a través de un absceso, produciéndose una perforación en la piel, aunque también es posible que aparezca por haberse introducido algún objeto o cuerpo extraño en la herida.
Otra infección bacteriana que es muy común es el eccema húmedo, que consiste en una lesión que aparecen en poco tiempo –es cuestión de horas-, y que se localiza en la capa más superficial de la piel. Es un tipo de herida que es frecuente que se genere por rascaduras o mordeduras del perro como consecuencia del picor.
Síntomas
La presencia de heridas en la piel del perro es más fácil de detectar si se atiende a una serie de síntomas, aunque cabe matizar que no son iguales en todos los perros, variando según la raza y la parte del cuerpo en la que se produce la herida.
En general, se debe estar atento a la secreción de pus, así como a la aparición de costras, inflamación y el desprendimiento de un olor fuerte y desagradable. También pueden aparecer manchas en la piel de tono rojizo y con relieve y observarse una piel desmejorada en cuya zona se llega, incluso, a perder pelo.
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