La terapia génica está más cerca de utilizarse con las mascotas. Al menos, es la propuesta de la startup Rejuvenate Bio, que está impulsada por el genetista George McDonald Church. El objetivo es aplicar la terapia génica en los animales de compañía para que vivan durante más tiempo y en mejores condiciones físicas.
Iniciativa
De momento, esta línea de actividad de la startup se ha llevado a cabo solo en pruebas en la Escuela Veterinaria de Tufts, situada en Boston. En concreto, los ensayos se han llevado a cabo con perros de la raza Beagle con el fin de rejuvenecerlos, empleando la terapia génica para modificar su ADN. De esta manera, se actúa sobre los genes que están relacionados con la edad de la mascota.
Con el método desarrollado, lo que se ha conseguido es inhibir o bien promover la expresión de determinados genes, que tendrían capacidad para controlar y actuar en diferentes aspectos vinculados con el envejecimiento de la mascota, según han explicado desde la startup.
El objetivo es frenar el tiempo biológico de la mascota o mitigar los efectos de la vejez, que se observan no solo en órganos vitales del animal de compañía como el corazón o los pulmones, sino también en la degradación de fibras.
Sin evidencias
El genetista asegura que las pruebas realizadas con los perros Beagle han dado buenos resultados, aunque no ha explicado qué es lo que se ha logrado exactamente con la aplicación de la terapia génica a las mascotas.
Una ausencia de pruebas concretas que hace dudar del resultado, aunque también puede haber otros motivos para no hacerlos públicos como el tema de patentes y toda la actividad comercial y de negocio que habrá tras esta investigación de convertirse en realidad. Dos aspectos estos últimos que son muy habituales en el sector de la ciencia y la salud.
De momento, es una línea de investigación más puesto que no es la primera vez que se identifican los genes que están relacionados con la edad. De hecho, hay una base de datos creciente de estos genes, que se han detectado estudiando diferentes animales. Veremos si, con el tiempo, esta terapia génica se convierte en realidad en las mascotas.
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