El poderoso oído de los gatos


Si tienes un gato como mascota, seguramente lo habrás observado detenerse como una estatua y escuchar o mover las orejas ante sonidos que son imposible de oír para ti, por mucho que te esfuerces por oír lo que tu gato está oyendo. Los gatos son depredadores nocturnos y, como tales, necesitan para su supervivencia un oído agudo que les permita identificar con exactitud dónde está su presa.

Esta superioridad del oído felino frente al humano se basa en las características de su sistema auditivo. Mientras que un ser humano tiene 30.000 fibras cocleares nerviosas en el nervio auditivo, el gato cuenta con más de 40.000, lo que le permite oír sonidos mucho más débiles de los que podemos escuchar nosotros.

Además, su oído está preparado para captar frecuencias de 20k a 25k, es decir, ultrasonidos que nosotros no podremos escuchar nunca porque nuestro sistema auditivo no está preparado para ello. Esta habilidad de escuchar ultrasonidos no es gratuita, sino necesaria porque muchos de los animales que son sus presas, se comunican con este tipo de sonidos.

Pero no es sólo la agudeza de su oído lo que le permite escuchar con tanta claridad. La forma cónica de sus orejas le permite recoger los sonidos y la capacidad de girarlas 180 grados gracias a los más de 30 músculos que conforman cada oreja les permite enfocar directamente sus orejas hacia el origen del oído y, de ese modo, poder escuchar con claridad todos los matices y variaciones en el sonido.

Como curiosidad, los gatos de pelo blanco han sufrido una mutación genética que afecta a su oído. Si el gato tiene un ojo azul y otro de otro color, no es capaz de oír con el oído del mismo lado que el ojo azul.

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