Los perros no solo requieren de cuidados diferentes en función de su edad. También es importante adaptar sus hábitos a las estaciones del año como el invierno. Una época en la que es clave vigilar su nutrición y el cuidado del pelo, entre otros aspectos a tener en cuenta que aquí contamos para que la mascota pueda vivir los meses estivales sin ningún problema.
Alimentación
Uno de los pilares básicos de la alimentación en invierno es el cuidado de la alimentación. Además de tener en cuenta su edad, tamaño y peso para que reciba el aporte diario necesario de vitaminas y nutrientes, se deben valorar otros factores.
El principal es que el invierno suele ser una época del año en la que se está menos activo por el frío y, a veces, los paseos o el tiempo que se está al aire libre se reduce. Esto es clave evitar sobrealimentarlo y gane peso. Siempre la cantidad de alimento debe estar acorde con la actividad del perro.
Pelo y piel
El pelo del perro también tiene que ser objeto de atención especial en esta época del año. La primera precaución está relacionada con el corte de pelo porque es la protección natural que el can tiene frente a los agentes externos. Un motivo por el que no hay que excederse en el corte de pelo en el caso de que sea totalmente necesario hacerlo.
Y, a la hora de hacer el corte, lo más recomendable es que la zona del estómago y las patas es la que más corta debe quedar. Esto evita que el pelo entre en contacto con el suelo mojado y que el can coja humedad.
Un buen truco para proteger la piel de la humedad y del frío es aplicar vaselina en las zonas más expuestas como son la trufa del hocico y las almohadillas de las patas. Esto impedirá que se sequen y agrieten por las bajas temperaturas.
Atención igualmente debe prestarse a su piel porque es una época en la que son frecuentes las dermatitis por exceso de humedad o tener la calefacción demasiado alta. Para evitarlo, es bueno cepillarle correctamente para que la piel pueda transpirar y no se hagan nudos en el pelo.
Artículos relacionados:
– Perros que duermen en el exterior: ¿cómo cuidarlos los días de más frío?