Chequeos rutinarios: cómo observar la salud del perro a diario


Prácticamente todos abrazamos y acariciamos a nuestros perros cada día; les encanta y a nosotros también. Es muy sencillo aprovechar y convertir este acto natural en una inspección física corta, fácil y diaria; es una manera eficaz de detectar pequeños problemas que cogidos a tiempo pueden ser muy fáciles de resolver. Empezaremos por la cabeza y seguiremos por el cuerpo.

Vigilar que mantenga los ojos brillantes. Algunas razas tienen legañas por la mañana, pequeñas partículas duras de lágrimas secas que se quedan adheridas al pelo que rodea los ojos del animal. Normalmente se pueden retirar suavemente con el dedo, pero si están muy pegadas, se puede utilizar un algodón empapado en agua tibia.

Observar si las orejas están limpias. Los perros a los que les crece pelo en los canales auditivos, como los caniches o los terrier, son propensos a la acumulación de cera, lo que puede llevar a infecciones. Hay que levantar cada oreja y comprobar que no haya ningún olor raro, cera o inflamación.

Comprobar que los dientes y encías estén sanos. Es conveniente levantar el labio superior cada día para comprobar que las encías tienen un aspecto sano y rosado. La placa dental se puede acumular rápidamente, sobre todo en las razas pequeñas.

Confirmar que la piel y el pelo se mantienen frescos. Acariciando con las manos al perro por todo el cuerpo podremos notar si hay algún bulto extraño, o si es reticente a que le toquemos alguna parte porque pueda tener alguna molestia o dolor. Cualquier sensación pegajosa o de pelo apelmazado puede indicar alguna infección cutánea, y la piel, al apartar el pelo, no debe tener demasiada descamación.

Es bueno acostumbrarse a hacer este pequeño “chequeo” diariamente a nuestro perro, y acostumbrarlo a él; así podremos notar rápidamente cualquier variación preocupante y consultar con rapidez al veterinario.

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