Uno de los cuidados que tenemos que tener con nuestro perro es cepillarlo regularmente. Esto, que en principio resulta básico, no siempre es así. No hay más que observar los perros que nos encontramos a nuestro alrededor para darnos cuenta de que no siempre los amos se ocupan del aseo de los perros tal como deberían.
El baño y el cepillado no son sólo una cuestión de estética, sino que además van a contribuir a que la piel del perro esté en buen estado, eliminado hierbas, semillas y otros objetos irritantes al tiempo que controlamos que no haya parásitos como garrapatas o pulgas.
El baño debemos hacerlo siempre con champú para perros, eligiendo el específico para él, por lo que si tenemos un perro de pelo largo, utilizaremos este tipo de champú. Si no sabemos muy bien cual elegir, ya que hay una gran variedad en el mercado, lo mejor es pedir consejo al veterinario.
Para que el animal quede bien limpio, sobre todo si suele salir al campo o al parque, deberemos enjabonarlo dos veces y aclararle otras tantas, intentando que entre la menor cantidad de agua posible en los oídos, para evitar la aparición de otitis. Cuando lo sequemos, es necesario empezar por la zona lumbar para evitar que el animal se enfríe.
Antes de cepillarlo debemos secarlo bien, o de lo contrario el pelo se enredará hasta casi hacer imposible su cepillado.
Deberemos siempre que lo cepillemos, llegar hasta la piel, ya que de ese modo eliminamos las escamas y la piel muerta y estimulamos la circulación con el cepillado. Para los perros de pelo largo es recomendable un cepillo de alambre con las puntas protegidas, para cepillar todo el pelo en profundidad. Si encontramos nudos en el pelaje y no podemos dsehacerlos con el cepillo, deberemos cortarlos con cuidado de no cortar la piel.