El verano es una época del año en la que se viaja más con el perro. Y, aunque el trayecto sea corto, siempre hay que tener en cuenta una serie de consejos y de pautas para que el desplazamiento sea cómodo para el perro y transcurra sin ningún problema. Para ello, como siempre, lo mejor es anticiparse y empezar a preparar el viaje en coche a tiempo para que no se olvide nada. En este caso, nos vamos a centrar en su seguridad.
Los preparativos
Antes de iniciar la ruta en coche, es importante saber cómo tienen que viajar los perros en el coche. Lo primero que se debe tener claro es que no pueden ir sueltos en ningún asiento del vehículo por lo que hay que elegir una sujeción.
Dentro de ellas, hay varios tipos. Una son los arneses. En este caso, es preferible optar por los de doble enganche. Este modelo evitaría el desplazamiento del perro en el caso de que haya un accidente.
Otra de las opciones es utilizar el transportín. En realidad, este método está considerado como el más seguro. Evidentemente, los hay de diferentes medidas para responder a los distintos tamaños del perro y que el can pueda viajar cómodamente.
Su colocación es otra clave. Si la mascota es grande y hay suficiente espacio en el maletero, es una buena opción situarlo ahí, pero siempre teniendo en cuenta que la colocación debe ser de forma transversal a la dirección del coche y manteniendo el contacto con los asientos traseros.
En el caso de que el can sea de tamaño pequeño, la mejor opción es ponerlo en el suelo, tras el asiento del copiloto o del piloto. Nunca debe colocarse en los asientos traseros, aunque se sujeten con el cinturón de seguridad del propio vehículo. Esto es un grave error, ya que el transportín podría romperse y el animal salir despedido si se sufre un accidente.
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