Si habitualmente sales a pasear por tu perro por un parque o un jardín, observarás que, con frecuencia, el animal se adentra en los lugares donde hay hierba alta y se la come. Si tiras de la correa, el perro hará fuerza para continuar comiendo, y si le apartas y andas unos metros, comprobarás que a los pocos segundos regresa para comérsela. Los especialistas no han dado con una explicación satisfactoria a este comportamiento, pero en lo que sí están de acuerdo es que es una conducta completamente normal que en principio no debe preocuparnos.
Según los veterinarios, la ingesta de hierba se produce principalmente cuando nuestro perro ha comido algo que le ha sentado mal y la utiliza para purgarse. Comprobaremos entonces que, al poco tiempo de ingerirla, el perro la regurgitará, normalmente acompañado de un líquido amarillo pastoso o algún residuo sólido.
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