Ya sea por vacaciones, por irnos a vivir al extranjero o simplemente por cambiar de residencia, es habitual que nuestras mascotas viajen con nosotros en avión. En estos casos es conveniente conocer las condiciones bajo las cuales nuestra mascota puede viajar con nosotros, así como las condiciones para que el trayecto le resulte lo menos traumático posible al animal.
Lo primero que debemos hacer siempre es contactar con la compañía aérea para ver las condiciones bajo las cuales podemos llevar a nuestra mascota.
Si nuestro perro o gato no excede de los ocho kilos, transportín incluido (aunque algunas compañías limitan el peso del animal a 6), podemos llevarlo con nosotros en la cabina del avión, aunque las compañías suelen limitar el número de animales que pueden viajar en ella, habitualmente no más de dos, por lo que puede que deba viajar en bodega.
Debemos asegurarnos de que el transportín del animal no presente ningún borde cortante o agudo que pueda dañarle durante el trayecto y la misma precaución deberemos tener para el caso de que llevemos en el transportín un juguete u objeto para que el animal se sienta más tranquilo en el viaje.
También es necesario identificar al animal con una chapa en su collar donde aparezca nuestro teléfono, para que sea fácil ponerse en contacto con nosotros si el animal se extraviara.
Si el animal se marea habitualmente, podemos pedirle a nuestro veterinario que le suministre algún fármaco para evitar que le ocurra durante el vuelo, y si está tomando alguna medicación, también debemos consultarle al respecto.
Cuando lleguemos a nuestro destino, deberemos darle agua lo antes posible, por la deshidratación que conlleva el vuelo.
Finalmente, si volamos a otro país, deberemos llevar los documentos de identificación y vacunación del animal, así como una carta del veterinario en el que se informe de su estado de salud.