Cuando hablamos con el dueño de una mascota, especialmente si se trata de un perro o un gato, nos contará las maravillas de tener en casa al animal. A quienes no comparten su espacio con un animal, a menudo esto les resulta muy exagerado, pero no es así. Psicólogos y psiquiatras relatan los beneficios de tener una mascota, especialmente a nivel psicológico, que van más allá de sentirse acompañados por tener un ser vivo al lado.
Una mascota nos ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, por lo que su tenencia resulta especialmente beneficiosa cuando estamos deprimidos o alicaídos. Tener que ocuparnos de un ser vivo hace que tengamos que salir de nuestro ánimo depresivo, lo cualcontribuye a que nos sintamos mejor y a que la recuperación de una depresión sea más rápida.
También nos ayuda a mitigar el estrés que acompaña a la vida cotidiana. Sacar a pasear a nuestro perro, jugar con nuestro gato o asear la jaula o el espacio de nuestra mascota supone un parón en nuestra actividad que resulta relajante y nos ayuda a rebajar el nivel de ansiedad. En el caso del paseo con el perro, obtenemos también los beneficios del ejercicio físico.
Nuestra autoestima también se ve recompensada gracias a nuestra mascota. Invertimos tiempo, esfuerzo y dinero en sus cuidados diarios, y sentir su afecto y su bienestar nos hace sentirnos bien con nosotros mismos.
Si nos sentimos solos, nada mejor que tener la compañía de una mascota. Y no sólo la compañía. ¿Qué dueño de un perro o un gato no habla con él? Esto no sólo nos ayuda a eliminar la sensación de soledad, sino que también nos alivia de sentimientos y emociones que no podemos expresar a otros, por lo que, en cierto modo, nuestra mascota se convierte en nuestro terapeuta.