Habitualmente asociamos el juego con una actividad divertida que permite que tanto nosotros como nuestra mascota pasemos un rato entretenido. Pero la importancia del juego para nuestro perro va mucho más allá, porque resulta beneficiosa no sólo para la salud física del animal, sino también para su salud mental.
El juego, estimula mentalmente a nuestra mascota, impidiendo que se aburra y que las salidas a pasear o las estancias en el jardín le resulten monótonas. Esto es especialmente importante si acostumbramos siempre a pasear al animal por la misma zona o parque, del que ya se conoce hasta el último detalle. Si ese paseo lo realiza con su pelota favorita, con un frisbee o con cualquier otro juego, le resultará mucho más estimulante, lo que también contribuirá a que el animal se esté mucho más tranquilo y relajado cuando esté en casa, evitando conductas asociadas al estrés como masticación, ladridos, etc.
Si tenemos oportunidad, aunque no podamos hacerlo a diario, es importante poder llevar a nuestro perro a dar paseos por espacios naturales, donde pueda disfrutar de entornos, olores y compañía diferente a la habitual. Si nos gusta hacer senderismo o pasear por la montaña, convertir a nuestro perro en un compañero habitual de los recorridos será una oportunidad para mantener a nuestro perro en forma, evitando la obesidad y las dolencias asociadas a la misma.
Para mantener tanto su mente como su cuerpo en forma, el mejor juego es el escondite, que podemos practicar tanto en casa como fuera. Podemos esconder su juguete o su pelota favorita, o un trozo de galleta que le guste, y hacer que lo busque hasta encontrarlo. Aunque debemos animarle a que lo haga, es importante no crear una excitación excesiva en el animal, sino hacer que el juego sea animado pero no estresante.