Cuando escuchamos la palabra cobra, la verdad es que no nos viene a la mente la imagen de una mascota demasiado agradable. Muchos de nosotros pensamos en los encantadores de serpientes de la India que mediante una especie de flauta son capaces de conseguir que con una serie de movimientos hipnóticos consiguen un gran número de fotos de los turistas.
Las cobras son serpientes venenosas que pertenecen a la familia de las Elapidae. El nombre de Cobra provienen de un término portugués. Cuando estas serpientes se encuentran amenazadas o simplemente no están a gusto, tienden a elevar las partes exteriores de sus oídos formando alrededor de su cuello una especie de campana que le da un aspecto temible. Existen diferentes tipos de cobras.
Nunca debemos olvidar que esta es una de las serpientes más venenosas del mundo. Según los expertos en esta especie, existen un total de 270 tipos diferentes. Es muy habitual una gran variedad de especies en Asia y en el continente africano. Las cobras son capaces de traspasar mediante su mordedura unas potentes neurotoxinas que provocan la necrosis y el colapso respiratorio. Si no se toma un antídoto dentro de los primeros 30-60 minutos, la muerte está asegurada, sobre todo en niños pequeños.
Una de las especies más habituales es la Cobra del Cabo (Naja nivea). Esta es una cobra de tamaño mediano que alcanza una longitud total de hasta 6 metros. Se encuentra en el sur de África y su color cambia según la región en la que habita. Esta serpiente diurna se alimenta de otras serpientes, pájaros, roedores y muchos otros animales pequeños. Es una excelente escaladora, por lo que puede llegar a robar los huevos e los nidos de los pájaros en los árboles.