Llega el verano y los días de sol y playa. Son momentos que se pueden disfrutar con el perro, aunque siempre es importante seguir una serie de consejos y tomar unas precauciones para que la jornada sea excelente y no haya que lamentar ningún percance. Y es que, aunque los perros pueden ir a la playa, lo cierto es que no es bueno que estén a sus anchas y sin control. Y no solo porque haya zonas en las que no puedan estar, sino porque la playa y el mar entrañan algunos peligros para los canes.
Sol
Algunas de las precauciones que se tienen que tomar con los perros son muy similares a las de las personas. La primera de ellas está relacionada con las horas de calor. No es bueno que esté en la playa entre las 11 y las 16 horas. Además, es preferible siempre elegir las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde-noche.
Aunque la temperatura no sea muy elevada, el perro no debe estar al sol. Necesita sombra para evitar golpes de calor y, sobre todo, para no quemarse porque, a pesar del pelaje, pueden tener quemaduras solares como una persona.
Siempre es recomendable llevar a la playa sombrilla y una esterilla para que no esté sobre la arena caliente, aparte de aplicarle protección específica, sin olvidarse de zonas tan sensibles como las orejas y la nariz e, incluso, las almohadillas si el suelo del camino a la playa o la propia arena está muy caliente. Este protector se pone 30 minutos antes de salir de casa y debe reponerse de nuevo, sobre todo, si se ha bañado.
Agua
Seguramente, al perro le gustará darse un baño en el mar. Siempre debe estar vigilado porque puede venir una ola, taparle y que se desoriente o bien adentrarle hacia el mar, entre otros peligros entre los que figura un posible ahogamiento.
También es importante estar atento a que no le piquen medusas o erizos de mar, aparte de controlar que no beba agua salada porque le causa trastornos gastrointestinales. Siempre se debe ir a la playa con agua potable para el perro para que pueda ir bebiendo.
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