Al viajar con perros en el coche, es habitual que se cometan una serie de errores relacionados con su seguridad. Y es que no es suficiente con incluir sus juguetes o manta favorita para que se sienta bien, sino que hay que ir más allá y velar por su seguridad. Y el asunto no es ninguna broma porque los últimos datos reflejan que alrededor del 30% de los dueños de mascotas viajan con el perro sin medidas de seguridad para el animal. Es decir, que el can está suelto en el interior del vehículo.
Los datos
Una encuesta realizada por Ford entre más de 5.000 propietarios de perros de varios países como España, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido ha alertado de la situación porque pone de manifiesto que el 32% de los conductores que tienen perro asegura que no protegen a la mascota cuando viajan con ella por la carretera.
Es más, el 31% consideró que no son necesarias estas medidas frente al 32% que afirmó que a la mascota no le gustan y al 14% que reconoció que no tiene espacio para un transportín o similar.
Una situación peligrosa porque cuando un coche choca a una velocidad de 40 kilómetros por hora y el perro está suelto, puede desarrollar fuerzas de proyección que equivalen a 40 veces su peso.
Cómo viajar
No adoptar medidas de seguridad para el perro no es una buena opción. Pero, ¿cómo debe viajar realmente la mascota? La normativa de la Dirección General de Tráfico no fija unos accesorios específicos, aunque de las indicaciones del marco legal se desprende que el perro tiene que viajar sujeto o atado para no caerse o desplazarse y, sobre todo, no dificultar la visibilidad del conductor ni causarle ninguna distracción.
De esta manera, una buena solución es optar por el transportín, sobre todo, si el perro es pequeño. Además, el transportín puede asegurarse en el asiento para garantizar una mayor sujeción.
Otra alternativa son las fundas protectoras del asiento para que el perro tenga más espacio o bien cuando es más grande, así como el cinturón de seguridad para las mascotas, que se engancha por un lado al arnés y, por el otro, al cinturón del coche. También se puede optar por el separador o rejilla de seguridad, lo que es idóneo cuando el perro viaja en el maletero.
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