El dogga es una nueva disciplina que ha llegado de Estados Unidos. Su práctica consiste en combinar una serie de ejercicios en los que se mezcla el yoga y la actividad física y mental. De esta manera, se consigue relajación tanto física como mental. Es una modalidad que nace para ser practicada con tu mascota, de manera que los dos de forma simultánea os podéis beneficiar de todas sus ventajas tanto para el cuerpo como para la mente. Pero, ¿cómo se hace realmente el dogga?
¿En qué consiste el dogga?
El yoga es una disciplina muy conocida. De ella hay varias modalidades y ahora llega a España una más tras el éxito alcanzado en Estados Unidos. Es el dogga, que consiste en practicar este ejercicio con la mascota de forma simultánea.
Sus beneficios se centran en que se mejora la forma física tanto del perro como de la persona, tonificando también los músculos y ahondando en la relajación tanto física como mental.
Así se establece una unión entre el cuerpo y la mente conforme se va avanzando en su práctica. Pero los beneficios son mucho mayores porque, al realizar esta práctica con la mascota, también se se establece un vínculo emocional mucho más fuerte.
Beneficios del dogga para el perro
Además de los beneficios que hemos comentado anteriormente, el Doga también tiene otra serie de ventajas para la mascota. Y es que esta práctica permite que socialicen mucho mejor al estar en contacto con otros perros y dueños.
En concreto, la mascota se habitúa más a las caricias, aparte de hacer ejercicio físico que le viene muy bien y estiramientos para sus músculos. También es una manera de relajación, que está muy indicada para todos aquellos perros que son muy activos o más nerviosos.
Esa tranquilidad que la mascota percibe a través del dogga tiene la ventaja adicional de que hace que se sienta más tranquila y, por lo tanto, se socializa mejor y se evitan problemas de comportamiento.
Cómo es la clase de dogga
El perro en las clases de yoga puede tener varios papeles. Uno de los más habituales es que ayude la realización de las posturas e, incluso, forme parte de ellas. De esta manera, es como hacer un yoga en pareja.
Estos ejercicios se centran, sobre todo, en la práctica física, comprendiendo principalmente una actividad de estiramientos y de tonificación de los músculos. Evidentemente, son posturas mucho más sencillas que las que se realizan en el yoga tradicional y que están adaptadas a la mascota.
La parte final de la clase se centra en la relajación de manera que la persona cierra los ojos y siente la mascota a su lado, mientras escucha música tranquila y la acaricia. Así ambos consiguen relajarse y mejorar ese vínculo emocional.
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