La muerte de una mascota supone una pérdida difícil de superar para sus dueños, ya que durante el tiempo que ha convivido con la familia se acumulan experiencias, recuerdos y se fragua una gran amistad. Por eso, debido a la conmoción de la situación y a la tristeza que embarga a los amos, es posible que no se sepan los pasos a seguir tras el fallecimiento del animal.
Dependiendo de la comunidad autónoma, existe un tipo de legislación u otro respecto al tema, por lo que es importante que si te encuentras en esta difícil situación, te informes antes de nada. A continuación te contamos cuáles son las diferentes alternativas que existen cuando llega el duro momento de despedirte de tu mascota.
Infringir la ley
Lo primero que hay que tener claro es que es mejor que evites enterrar tú mismo al animal, ya que debido a las leyes públicas de salubridad e higiene, es posible que estés infringiendo la ley.
Llamar al veterinario
Lo mejor en estos casos es hablar con el veterinario, que seguramente se llevará el cuerpo del animal y se hará cargo de todo para que sea incinerado dentro de la legalidad. Además, existe otra opción, que es la de llamar al ayuntamiento, que también suele ofrecer servicios de recogida de animales fallecidos, que se incineran junto a otros animales.
Cementerio
Si no quieres incinerar a tu perro, también puedes optar por enterrarlo en un cementerio de animales, donde podrás colocar una placa al igual que en los cementerios de personas. Por supuesto, existe la opción de la incineración y de que las cenizas te sean entregadas en una urna.
Y una alternativa que cada vez tiene más éxito es la de transformar las cenizas del animal en una joya y, de esta manera, llevarlo siempre contigo.