La alimentación de las mascotas es muy importante para velar por su salud y bienestar. Sin embargo, en ocasiones, no comen. La falta de apetito o de interés por la comida suele responder a una serie de factores que van desde el tipo de comida que se les da a problemas de salud, que pueden ser más o menos importantes. En esta ocasión, nos vamos a centrar en los mininos y a hablar de las siete causas o motivos por los que el gato no come.
Comida
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el gato es más sibarita comiendo que otras mascotas. Es decir, no come cualquier cosa. Un motivo por el que, a veces, no ingiere el alimento simplemente porque no le gusta la comida. Esto se comprueba de forma sencilla, ya que solo hay que cambiarle la alimentación para ver si empieza a comer o no.
En otras ocasiones, el problema está en que se ha hecho un cambio de comida por otra marca, composición… Es decir, se le da una comida diferente a la habitual, lo que le genera rechazo. Si se le da el anterior alimento y come, no hay razones para preocuparse.
Enfermedades
Si el problema no está en la comida, entonces sí hay que prestar más atención porque el gato puede tener alguna molestia o bien estar enfermo. Una de las causas que explican que no coma es porque tenga alergia a lo que se le está dando de comer. Esto, además, se acompaña de otros síntomas como la pérdida de pelo.
En otras ocasiones, es debido a un problema en el sistema digestivo porque la comida o algo le ha sentado mal. Esto tiene síntomas como comer poco o nada, pero continúa con su actividad diaria más o menos normal. Si el problema persiste más de uno o dos días, es conveniente ir al veterinario.
La falta de interés por la comida también está relacionada con la salud bucal del gato. En general, no comen porque tienen gingivitis o inflamación de las encías o alguna úlcera en ellas. Eso se nota sobre todo si la comida que tiene que ingerir es seca porque es más dura y difícil de masticar para ellos, causándoles un mayor daño.
Esto es fácil de comprobar porque solo hay que observar el estado de sus encías, prestando especial atención al color porque el enrojecimiento es señal de mal estado. También es probable que tenga mal aliento.
Otros de los motivos son el envenenamiento porque haya podido ingerir algo sin quererlo –lo que requiere atención veterinaria inmediata-, o los problemas intestinales como las oclusiones que pueden producirse por las bolas de pelo. En este último caso, suele haber síntomas como los vómitos.
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