El olfato de los perros no es igual que el de los seres humanos. Los canes lo tienen mucho más desarrollado que el de las personas. De hecho, son capaces de detectar aquellos que el hombre no es capaz de oler ni lo más mínimo.
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Uno de los olores que mejor detectan los perros es el humano. Varios estudios científicos realizados han determinado que los canes sueñan con un universo de olores. En concreto, con los que predominan en el hogar en el que viven y el de la persona o que miembros de la familia que tienen como referencia.
De este modo, es capaz de conocer y valorar el olor corporal de las personas con las que vive y hacerlo incluso por encima de los perfumes o geles que se puedan usar.
Esta capacidad de oler hace que el perro pueda mostrar su alegría por ver a una persona incluso cuando todavía está lejos, ya que detecta ese olor corporal a distancia. Esto sucede en ocasiones como cuando se escuchan ladridos ya desde el ascensor y todavía ni siquiera se ha llegado a la puerta de casa, entre otras situaciones.
En relación a las personas, los perros tienen también otra capacidad más que sorprendente. Y es que pueden oler las hormonas. Así pueden detectar el estado de ánimo, la salud, emociones e, incluso, la alimentación que se sigue. La trufa del perro es la encargada de discreccionar el olor de las hormonas de los seres humanos.
Otros olores no humanos
Además de las hormonas y olor corporal, el olfato del perro deja otros datos curiosos. Y es que tienen capacidad para oler cualquier cosa que les guste, como los alimentos, a distancia. De hecho, si están tumbados y se abre, por ejemplo, una lata en la cocina, notarás que el perro se levanta de forma inmediata y acude a la zona en la que estés.
Y, dentro de estos olores, hay dos que son realmente significativos como la guindilla y los chiles y a los que hay que prestar atención porque les irritan las vías respiratorias. En concreto, les produce picor en la nariz y estornudos incesantes.
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