El perro no solo es el mejor amigo del hombre. También lo es del niño, especialmente si éste sufre de autismo, un trastorno del desarrollo infantil que en cada persona se manifiesta de una forma diferente y que actualmente afecta a uno de cada 150 escolares en nuestro país.
De sobras es conocida la efectividad de la zooterapia, un tratamiento que sirve para prevenir y mejorar enfermedades tanto psíquicas como mentales y que realiza un terapeuta asistido por la compañía de un animal. Pero además, los perros logran que un niño autista se relacione con su entorno y sonría. Incluso, le apoyan para seguir el ritmo en la escuela y enfrentarse al mundo sin miedo.
Qué es el autismo
El autismo es un trastorno del sistema neuronal del niño que frena su normal desarrollo e impide a los pequeños procesar de forma normal los estímulos sociales. Sin embargo, los expertos coinciden en afirmar que estos problemas de aislamiento del niño autista podrían reducirse e, incluso, desaparecer, si el pequeño tiene un perrito con el que relacionarse.
Un perro aumenta las conductas sociales de un autista
Como te decíamos, la presencia de uno de estos seres vivos en la vida de un niño autista puede aumentar significativamente sus conductas sociales. De hecho, una investigación, llevada a cabo por Marguerite E O’Haire y la Universidad de Queensland, demostró que en presencia de los animales, los menores mostraban más ganas de hablar, miraban a la cara de otros y tenían más contacto físico.
Ayudar en el colegio
Además, el can puede ayudar a los escolares con problemas de autismo a seguir el ritmo escolar, algo muy difícil para los niños que sufren de este problema. ¿Cómo lo consiguen? Pues tranquilizando a los escolares y reduciendo el estrés que sienten en las aulas, una zonas en las que no se encuentran del todo cómodos, ya que se ven obligados a relacionarse con otros niños y profesores.