En esta época del año, no solo las personas nos resfriamos, también los animales se ponen enfermos y pueden coger la gripe y otras patologías que afectan a su sistema respiratorio. Es fundamental saber detectar los posibles síntomas que se presentan en el perro para detectar si tienen o no estas enfermedades y poder curarlas y detectarlas a tiempo, aparte de proporcionarle los cuidados más adecuados en el hogar.
Síntomas
Normalmente, cuando un perro tiene un resfriado o la gripe, en este caso canina, se nota rápidamente porque los síntomas son muy parecidos a los de las personas. De esta manera, aumenta la secreción nasal en el perrito y también se tiene más tos, manteniéndose esta sintomatología durante más de dos días.
Además, se percibe que el perro tiene problemas para respirar, no come bien o no tiene apetito y está como somnoliento y cansado, aparte de no mostrar interés por jugar ni por ninguna otra actividad. Este cuadro clínico se acentúa cuando los problemas llegan a la traquea o a sus bronquios y cuando se tiene una neumonía.
Cuidados
La precaución siempre es la mejor arma, pero hay ocasiones en las que no es posible. Entonces, es cuando se deben extremar los cuidados para que no se contagie el perro y también ante los primeros síntomas.
De esta manera, se debe acudir al centro veterinario ante cualquier señal para comprobar si es resfriado, gripe o una infección mayor en las vías respiratorias del animal para que pueda tomar el medicamento más adecuado.
Pero, además, en casa, se le pueden proporcionar una serie de cuidados. El principal es que el perro esté en un ambiente con temperatura constante, evitando así los cambios bruscos y las posibles corrientes de aire.
Cuando haga mucho frío, no es bueno sacarlo demasiado tiempo. Solo habrá que pasear lo justo para que pueda hacer sus necesidades y un poco de ejercicio. En estos casos, es recomendable llevarlo con prendas de abrigo específicas para él para que mantenga la temperatura corporal.
El agua es fundamental porque necesitará una mayor hidratación por lo que siempre hay que dejársela cerca, aparte de humedecerle un poco la comida para que pueda ingerirla mejor. Para las vías respiratorias, es bueno que haga vahos. Una buena forma es que respire aire húmedo o bien que esté en el baño cuando estés en la ducha.
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