Al elegir una mascota, muchas personas se dejan llevar por el aspecto del animal, sobre todo, por su color. Sin embargo, ahora, esta elección puede ser mucho más importante porque se ha comprobado que el color del perro está relacionado directamente con su salud y con su longevidad.
Los colores
Esta es la principal conclusión que se extrae de un estudio científico que ha sido realizado en el Reino Unido entre más de 33.000 perros labradores, raza que fue la elegida por la mayor incidencia de enfermedades en la piel y de infecciones en el oído.
Este análisis ha permitido constatar en una fase inicial que los perros labradores que son de color negro o amarillo viven una media de 12,1 años, lo que supone un 10% más que la longevidad de los perros de esta raza que son de color marrón chocolate.
La relación también se ha establecido con la salud de estas mascotas. De esta manera, nuevamente el labrador de color marrón chocolate sería el que más afecciones presentaría.
En concreto, se ha observado que estos perros labradores presentan el doble de probabilidades de sufrir otitis externa o inflamaciones del oído en comparación con el resto de labradores de color negro o amarillo.
Este riesgo también es mayor en comparación con otras patologías. Por ejemplo, el labrador de color marrón chocolate es cuatro veces más propenso que el resto a tener dermatitis pio-traumática.
Justificación del color
Esta relación, sobre todo la establecida entre el color del perro y la enfermedad, pone de manifiesto una consecuencia inadvertida de la reproducción de ciertas pigmentaciones, según han expuesto los investigadores.
Y es que para que el labrador sea de color marrón chocolate es necesario que este gen de color esté presente en ambos padres. De esta manera, es posible que, en consecuencia, el menor número de genes resultante por esta consanguinidad haga que estas mascotas tengan mayor proporción de genes que favorecen estas afecciones.
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